martes, 11 de agosto de 2015

Tacto y contacto en Eutonía


 
Tacto y contacto Corporal - Aportaciones de la Eutonía –Gerda Alexander-

 
Por medio del tacto con el ambiente experimentamos la delimitación de nuestro cuerpo, vivimos nuestra forma corporal exterior, lo que nos permite la identificación con nosotros mismos. El tacto nos proporciona informaciones esenciales sobre el mundo que nos rodea: formas, consistencia, temperatura… y sobre la comunicación no verbal como son sensaciones de ternura, dolor, indiferencia, agresión…

Destaca la importancia de la piel en nuestras relaciones con el ambiente –la tierra, el espacio que nos circunda, las plantas, los animales, los objetos y otras personas y para las funciones de regulación de los procesos bioeléctricos que se relacionan íntimamente con las funciones motrices, sensitivas y neurovegetativas.

 
Con el contacto, nos dice Gerda Alexander, traspasamos conscientemente los límites visibles de nuestro cuerpo. Incluimos en nuestra conciencia el campo magnético perceptible y medible que existe en el espacio que nos rodea. De este modo podemos tener un contacto real con los seres humanos, los animales, las plantas, los objetos…Podemos alcanzar una relación más viva con los seres  y las cosas.

Se trata de  incluir dentro de  la consciencia propia,  el entorno  que nos rodea, desde donde   se establece también el contacto con otras personas, animales, objetos, y acciones, – ensanchándose el campo de la vivencia y de la consciencia y dándose una relación más viva de los seres. 

La toma de contacto de los pies con el suelo al estar de pie, caminar, o al estar trabajando, así como de las manos con el instrumento o material con el que se trabaja, conduce a una armonización de las tensiones emocionales. El cuerpo se hace más permeable  y abierto para dar y recibir.

Tiene una influencia más fuerte que el tacto sobre los cambios del tono, la circulación sanguínea, o el metabolismo. Sobre el equilibrio entre el simpático y el parasimpático. Esto posibilita el cambio de un estado predominantemente simpático-tónico,  a otro vago-tónico,  la estimulación o la inhibición de las funciones vegetativas y el restablecimiento del equilibrio homeostático.

Se puede ejercer una regulación global o sobre una zona concreta, un segmento o un órgano.

El contacto se está empleando siempre más o menos consciente o no. El buen artesano  o el buen músico están en contacto –fusionados- con su instrumento o la materia que trabajan.  Ajuriaguerra llama  a este ensanche de conciencia, “la función delegada” que se desarrolla y fortalece mediante la práctica.

En el contacto consciente del espacio se incluye también a la otra persona o al grupo y mucho más, el espacio donde los pies se apoyan, el suelo en todas sus direcciones. Significa estar enraizado, como una toma de tierra  similar a los electrodomésticos, a través de la cual se descarga la tensión, y todo ello influye en el sistema neurovegetativo, en la calidad del movimiento, la capacidad de fuerza con el mínimo de energía.

El contacto consciente con una persona a quien se respeta  y en relación con la cual  uno mismo no se confunde es otra etapa que solo se puede alcanzar mediante el desarrollo de esta actitud. (Se trata de trabajar el estar en contacto consigo mismo a la vez que con otra persona, sin confundirse, sin fusionarse, manteniendo la individualidad, y sin embargo, propiciar un equilibrio de identidades, de fuerzas.)

Más difícil es establecer  un equilibrio con dos personas a la vez –  se trata de mantener el equilibrio propio  a la vez que abrirse  simultánea mente. Ser tres y no dos más uno, ser capaz de una apertura  simultánea en dos direcciones es signo de una personalidad en vías de alcanzar una cierta madurez. (Una vez practicado en parejas y en tríos puede practicarse hasta en un grupo.) Ello abre el camino a una expansión dinámica de cada individuo componente del grupo, a un auténtico estar juntos. Esto no debe confundirse con estar al lado de otro.

El contacto consciente con otra persona permite también aplicaciones terapéuticas. La capacidad de observar y dominar los distintos grados tónicos y el equilibrio neurovegetativo en el propio cuerpo, permite equilibrar las tensiones en otro organismo.

 Denise Digelmann:  -  Tomar contacto con un objeto es ir hacia él abiertamente,  comunicarse, estar en equilibrio con el exterior. Como raíces que penetran en el suelo conservando su permeabilidad. Aquí están presentes siempre  dos direcciones sin que predomine una de ellas. Dos vectores que simultáneamente dan y reciben –emisor – receptor  /  Idea de reciprocidadpensar haciaproyectarse – prolongarse  - 

Puede haber dificultades para dar o para recibir, o para ambas. O no se puede estar a la vez en ambas direcciones.

Es fácil observar entre un trabajo realizado con indiferencia y otro con el que se disfruta o se está involucrado. Solo existe placer si hay contacto. ¿Por qué unas personas lo hacen espontáneamente y otras no? –La razón puede buscarse en la relación madre – hijo y en su calidad de contacto. La perturbación del contacto puede ser una carencia en ir hacia el niño o un exceso, o por parte del niño,  no aceptación del contacto o un acaparamiento.  El equilibrio solo se encuentra entre la posesión y el respeto.

El contacto se utiliza al principio, a partir de los puntos de tangencia.  Es imposible establecer conscientemente un contacto con el suelo o los objetos sin que el punto de tangencia sea consciente. Por los “inventarios” el sujeto aprende a tomar contacto con los objetos que toca, a establecer un contacto entre las diferentes partes del cuerpo. Esto tiene gran importancia en el desarrollo de la unidad del cuerpo.

El contacto con los diferentes objetos determina un relajamiento como supresión de las tensiones excesivas.  Esto hace que el contacto de los pies con el suelo y del resto del cuerpo con el espacio circundante se convierta en la mejor adaptación del cuerpo al movimiento.

El contacto es también el aspecto básico para las movilizaciones realizadas a otras personas: 1- ampliación de la conciencia del cuerpo; 2- desarrollo cuantitativo y cualitativo del contacto entre los diversos segmentos o con otro ser humano; la liberación del cuerpo mediante la toma de conciencia de las zonas crispadas y a veces del origen de estas tensiones.


Berta Vishnivetz – El contacto consigo mismo no solo es básico, sino también imprescindible en la vida de toda persona. Estar en contacto consigo mismo es una experiencia no solo fundamental, sino necesaria para poder establecer  un contacto real y equilibrado con “el otro”

Antony de Mello: Solo en la proporción en que estoy sintonizado con mis propios sentimientos es que soy capaz de ser consciente de los sentimientos de los otros. Solamente en la proporción en que estoy consciente de mis reacciones en   relación con los otros, es que soy capaz de salir de mi mismo y de amarlos sin causarles daño alguno.
El contacto es comunicación. El contacto es la primera experiencia del ser humano. La influencia de este primer contacto determina la personalidad posterior de la persona y sus relaciones con los demás. (ver: Bowlby, Winnicott, Spitz, Wallon, etc.)  
Durante los primeros meses esta comunicación es simbiótica. El Contacto consciente incentiva la conexión con dos seres diferenciados e independientes, donde existe interdependencia para  accionar sin sometimiento alguno, es decir, no simbiótica.
La acción fluye del intercambio mutuo. Ambos prestan una permanente atención tanto de las informaciones que llegan del otro, como de las señales que uno mismo emite. Del trabajo entre ambos se consigue el equilibrio de fuerzas, no la supremacía de uno sobre otro. (Conmueve ver a dos personas que han llegado a este contacto profundo moverse en armonía.)   
La experiencia de contacto con los objetos transforma la relación con estos y los seres que nos rodean. La relación se torna diferente al poder adecuar la calidad del contacto y la modulación del tono. Desarrolla el respeto por los propios límites, a la vez que, aprende a ir más allá de ellos. Amplía el campo perceptivo hacia el otro, lo comprende y lo aprehende sin perder su integridad individual.
Contacto neutral: La persona está abierta, receptiva a lo que sucede dentro y fuera de sí misma. Se mantiene abierta, transparente, “objetiva”. No influye en el otro con su subjetividad. El respeto al otro está antes que cualquier otra cosa, no “estresan” o cargan al otro con su buena voluntad. Es necesario dejar espacio y tiempo al otro para su búsqueda personal, para que encuentre su propio estilo. Esto ha de ser así en toda relación, enseñanza, educación, terapia.
L. Beck. No es el deseo de ayudar –enseñar- o de curar a otro lo que lo lleva a su equilibrio, sino el tener en cuenta sus necesidades, su ritmo, su personalidad entera. Es la capacidad de acompañar al otro.
Mediante el contacto consciente aprendemos a adaptar el tono según las necesidades y circunstancias en que la acción se tiene que desarrollar.
 
1-    La eutonía – Alexander G. – Ed. Paidos Técnicas y lenguajes corporales- Barcelona 19832-   
2-   La eutonía de Gerda Alexander – Digelmann D. – Paidos – Buenos Aires 1981
3-    Eutonie st practiques corporelles por tous – Meunier-Fromentí J. – Le Courier du Libre – Paris 1989
4-    Eutonía Educación del cuerpo hacia el ser – Vishnivetz B. – Paidós – Técnicas y lenguajes corporales – Buenos  Aires 1994