lunes, 30 de diciembre de 2019

Los 3 cerebros



    (Imagen tomada del libro: Filogénesis de la motricidad. Vitor da Fonseca. G. Núñez Ed.)


LOS 3 CEREBROS -Cerebro triádico.

        El cerebro organiza, rige y coordina todos nuestros actos. Pero, el cerebro no nace antes que el cuerpo sino a la inversa, es el resultado de lo que el cuerpo hace. Eso certifica que la función hace al órgano, o lo que es lo mismo, que la función configura la estructura. O, dicho aún de otro modo, que es el hacer y el modo como se hace lo que va definiendo una estructura, anatomía u órgano, y no al revés. 
Teniendo esto en cuenta, en los primeros ciclos del surgimiento y desarrollo de las especies vivas no había ningún cerebro. 
Poco a poco, según la actividad de los organismos vivos fue generándose un sistema nervioso -rudimentario- en correspondencia con las experiencias y adaptaciones alcanzadas por los seres vivos. (Se considera que el organismo más antiguo conocido que posee un sistema nervioso sin cerebro es la esponja.)
Lo que los seres vivos hacían suscitaba sensaciones y transmisión de ellas hacia otras zonas corporales y sus respuestas correspondientes. El hacer generó el sentir. Y el sentir a su vez dio origen a una organización, coordinación y jerarquización de esas sensaciones que fue provocando progresivamente la formación de un centro donde eran recibidas y ordenadas esas sensaciones. (Hacer y sentir se desarrollan paralelamente, van unidos.)  Se forma así, un entramado sensorial, perceptivo que va generando un órgano receptor y rector. Al principio ese órgano era un pequeño ganglio, -una aglomeración de neuronas que se han ido especializando en una determinada función- pero progresivamente se fue agrandando y complejizando según las tareas que desempeñaba y requería el cuerpo hasta constituirse en cerebro. 
Filogenéticamente entonces, primero va formándose el sistema nervioso periférico o red neural, y a continuación se forma el cerebro como organizador de todo el sistema nervioso.
Las funciones van formándose de abajo hacia arriba, de lo más simple a lo más complejo. A esto se le va a llamar jerquización de funciones. Las funciones superiores se forman a partir de las inferiores y las engloban.

 Así pues, los primeros seres unicelulares y pluricelulares no tenían cerebro porque no lo necesitaban. Pero a medida que sus funciones fueron creciendo se fueron convirtiendo en organismos más complejos y generando un órgano organizador que fue convirtiéndose progresivamente en un cerebro. Al principio este era solo un ganglio que recibía la información del cuerpo y la organizaba, estableciéndose ya desde siempre una interacción entre lo que el organismo sentía y hacía. La célula viva es un organismo sensible y excitable. Es decir que siente lo que hace y ello a su vez, le va modelando y le transforma. De este modo se va creando una red de informaciones y de respuestas. Y poco a poco estas desarrollan una organización.

Tenemos 3 CEREBROS EN UNO, o lo que es lo mismo un cerebro con 3 estratos superpuestos diferentes, -como un edifico con tres pisos, y como las construcciones de un edificio: los cimientos, las vigas y estructura y los pisos, las habitaciones, la terraza o el tejado-, estructuras todas intercomunicadas entre sí que se han ido generando en la evolución de las especies o filogenia.
Organizados arquitectónicamente de abajo hacia arriba. Y desde las funciones más primarias y básicas a las más complejas. Las zonas más primarias van creciendo dando lugar a otras de mayor complejidad.  Este crecimiento corresponde a varias etapas evolutivas de las especies animales.

La concepción o teoría de que tenemos 3 cerebros fue elaborada por Mclean y aceptada en general por los más destacados neurólogos. Esa concepción responde a las diferentes etapas de la evolución de las especies. 
No tenemos 3 cerebros distintos, sino que tenemos un solo cerebro que ha sido conformado por las diferentes zonas cerebrales que se han ido desarrollando escalonadamente en la evolución filogenética. Tres sistemas neurales interconectados.

Los primeros animales considerados que ya tienen cerebro propiamente dicho son los reptiles.

Por tanto, el 1º cerebro -cerebro reptiliano- corresponde a la etapa evolutiva de los animales más primitivos, los reptiles, por ello una de sus denominaciones es cerebro reptiliano. 
Según su localización en el cerebro es lo que se llama el encéfalo, o cerebro posterior.
  
El cerebro o reptiliano, esta compuesto a su vez por cuatro partes: (1) el bulbo raquídeo que es el centro de los reflejos y de los impulsos más vitales y primarios. Regula la respiración, la presión arterial y la actividad cardíaca; (2) El puente de Varolio, situado por encima del bulbo. Forma vías de transmisión hacia arriba, regula el sueño, la toma de alimentos, participa en la respiración y en los movimientos faciales; (3) La formación reticular.  Forma una barrera de control de las informaciones significativas. Alerta a otras zonas para que presten atención. Durante el sueño bloquea los estímulos sensoriales; garantiza los cimientos de varios procesos cerebrales ya que aquí es donde se operan los procesos primarios de discriminación intersensorial; (4) El cerebelo. Interviene en el equilibrio corporal, los movimientos y la coordinación.

En general, el 1º cerebro o reptiliano, regula las funciones vitales más primarias: la energía, la función tónica, el sueño, la vigilia, la atención, el estado de alerta, las respuestas reflejas, la homeostasis. Responde a mecanismos primigenios, ancestrales, que describen un comportamiento estereotipado poco modificable por la experiencia, basado en estímulo y respuesta o reflejo.

El 2º cerebro corresponde a la aparición de los mamíferos antiguos.


         El 2º cerebro, llamado paleomamífero, por aparecer en los mamíferos primitivos o inferiores. Por su situación cerebral llamado mesencéfalo o cerebro medio. 
    Está formado por tres partes: (1) El tálamo, que transmite informaciones sensoriales al cerebro superior y las órdenes correspondientes desde éste a los músculos; (2) El Hipotálamo, que controla los procesos emocionales. Regula el hambre, la sed, la sexualidad, la agresividad. E influye en las glándulas endocrinas, provocando reacciones bioquímicas -las hormonas-; (3) El Sistema Límbico. -Su significado literal es el de borde. De ahí procede también la palabra limbo que es el lugar situado entre el cielo y el infierno. Un lugar de transición. Enlace entre la zona inferior cerebral y la superior.
    Constituye el centro relacionado con el cerebro y el control emocional. Está constituido a su vez por tres zonas: -1- El Hipocampo, -2- La amígdala y -3- El Septum.
Este cerebro tiene una sensibilidad primaria, de escasa capacidad discriminativa – protopática-. Mide y regula la satisfacción de tendencias y necesidades adaptativas y emocionales primarias, los impulsos relacionados con la supervivencia y la reproducción, como son las actitudes y comportamientos pre alimentarios, defensa, ataque, cobijo, huida. Constituye el sustrato neurológico de las emociones y de las motivaciones, donde las vivencias adquieren todo su significado con respecto a la supervivencia del individuo y de la especie. 
Relacionado con la memoria, el dolor, el placer, así como con el sistema neurovegetativo -SNV-. Por sus conexiones entre el hipotálamo y el tercer cerebro más evolucionado: el córtex, juega un papel integrador entre estímulos interoceptivos y exteroceptivos.  Es así, intermediario con la zona más elaborada del cerebro que integra la experiencia interna y externa.

El 3º cerebro corresponde a los mamíferos más evolucionados y especialmente a la especie humana.

El 3º cerebro, denominado neomamífero por corresponder a los mamíferos superiores especialmente al hombre y también llamado neocórtex. -Por su localización se denomina prosencéfalo o cerebro anterior y también telencéfalo correspondiente a los hemisferios. Si al 1º cerebro se le denomina instintivo, al 2º emocional, a este le corresponde el nombre de racional, siendo la estructura más compleja y organizada. Permite una sensibilidad epicrítica y gnósica, la programación de actividad voluntaria y el lenguaje, la manipulación de objetos, las praxias, el pensamiento lógico, la simbolización y conceptualización, la resolución de problemas, el reconocimiento de experiencias y acontecimientos, el juicio social y la toma de decisiones.
Ocupa la mayor extensión. Las ¾ partes de las neuronas cerebrales se encuentran en esta zona. 
Se distinguen 2 mitades: los hemisferios. Conectados por distintos haces de fibras nerviosas. Cada uno es una imagen en espejo del otro muy en concordancia con la simetría izquierda y derecha del cuerpo. El control de los movimientos y sensaciones está repartido entre los dos, según una pauta cruzada: el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo, y a la inversa, el hemisferio derecho controla el lado izquierdo corporal. La asimetría no impide que ambos lados sean equivalentes en todos los aspectos. Casi toda la superficie de cada hemisferio está ocupada por el neocórtex. Cada hemisferio se divide en cuatro lóbulos siguiendo los pliegues y los surcos para delimitarlos. El surco central -cisura de Rolando- separa el lóbulo frontal del parietal y la mitad frontal de cada hemisferio de las áreas posteriores. El otro surco -cisura de Silvio- separa el lóbulo temporal de los lóbulos frontal y parietal. La parte posterior del neocórtex es el lóbulo occipital. Cada lóbulo tiene una función sensorial y motora distinta. El lóbulo occipital es el centro de la visión. Partes del lóbulo temporal controlan la audición y lenguaje. Los parietales son centros de recepción y de información. Los lóbulos frontales exageradamente desarrollados en el hombre constituyen “el órgano de la civilización”: calculan, anticipan, prevén, permiten aplazar y decidir nuestras acciones.

Si el cerebro reptiliano y límbico están especializados y son fiables en los estímulos, por el contrario, el córtex, -racional- es inestable e imprevisible. Crea el orden y el desorden, actúa como acelerador o como inhibidor. Capaz de resolver problemas complejos se opone a los robots que son los otros cerebros, regulados por respuestas automáticas y predecibles. 
El neocórtex se caracteriza por su capacidad de adaptación y sabe enfrentarse a situaciones inesperadas. Detesta la estabilidad que produce el aburrimiento y busca soluciones nuevas para evitarlo. La búsqueda de la felicidad consiste en rechazar la rutina y proyectarse hacia el futuro para crear soluciones nuevas. Representa el espíritu racional y frio, calculador. Y también el cerebro creador. No permite que los cerebros arcaicos impongan su dominio. Las reacciones primarias, los instintos, las emociones se pueden manifestar de forma ordenada socialmente aceptable. 

Luria describe el cerebro como tres áreas o unidades funcionales coincidentes prácticamente con los tres cerebros mencionados antes. la 1ª unidad -tronco cerebral y encéfalo – regula la energía yel tono, - 2ª unidad -lóbulo occipital, temporal y parietal – almacenamiento de la información – 3ª unidad – lóbulo frontal – decisión, intención planificación. Advierte que los procesos mentales se configuran como sistemas muy complejos que no están localizados en áreas estrictas, sino que funcionan mediante la participación interrelacionada de las distintas áreas, cada cual haciendo su aportación a la organización general.

Bibliografía
A. L. Luria. - El cerebro en acción. Biblioteca de divulgación científica - Muy interesante Ediciones Orbis S.A. Madrid 1986.
A. Puente Ferreras. - El cerebro creador. Psicología. Alianza Editorial. Madrid 1999.
V. da Fonseca. Filogénesis de la motricidad. G. Núñez Editor Madrid 1984. (De esta obra está estraído el dibujo que figura en portada de este artículo)
C. F. Levinthal - Mensajeros del paraíso.  Gedisa Ed.