viernes, 10 de abril de 2020

PENSAMIENTO ORIENTAL

















PENSAMIENTO ORIENTAL
Joaquín Benito Vallejo

Dentro de la tradición oriental, en sus diversas corrientes de las que destacamos el budismo y el taoísmo, hay una línea general de pensamiento.  Actualmente, dentro de la teoría sistémica occidental, donde se engloba el pensamiento complejo, y la física moderna, conocida como física cuántica, presenta muchos paralelismos con el misticismo oriental. (Capra, Morin)


En síntesis, según el pensamiento oriental, todo lo que ocurre en el universo es la manifestación de su campo de energía, esta se la puede ver también como el aliento o fuerza vital. Las manifestaciones de la energía pueden ser diversas y aparentemente contrarias.

La energía está siempre fluyendo. Puede manifestarse como materia y como no materia, abarca lo material y lo inmaterial, lo que está estático y lo que se mueve. Como permanencia y trasformación.  Por formas antagónicas y complementarias como el yin y el yang, lo masculino y lo femenino, el arriba y el abajo, el cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, lo activo y lo pasivo, la tensión y la distensión, el dar y el recibir, lo racional y lo intuitivo, las dos caras de la misma moneda.

Todo depende del equilibrio -incluida la vida-, o lo que es lo mismo de la relación armónica de los contrarios o antagonistas.

Los contrarios se alternan en su función, son causa y efecto uno del otro. Todo forma una unidad y todo se relaciona
Los seres humanos igual que todos los seres vivos y su entorno o naturaleza forman parte de esa unidad universal y de sus interrelaciones.  
Uno de los principios fundamentales del ser humano –y de todos los seres vivos- es estar en conexión con el entorno viviendo en armonía con la naturaleza. El ser es abierto y cerrado a la vez, tiene centro y periferia.  Ha de estar en sí mismo y en el entorno, en conexión y en armonía.
El foco de atención es descubrir cómo mantener la armonía dentro del cuerpo y con el mundo exterior. El ser ha de adaptarse continuamente a los cambios que se suceden dentro y fuera.

La tradición oriental describe el mundo en términos de energía. Todo es la manifestación de esa energía, aliento o fuerza vital del universo, llamada en Japón Ki, en China Chi y en India Prana.
El universo es un campo de energía. Todo lo que sucede en el universo son manifestaciones de su energía. Todo lo que hay en el universo se relaciona. Los seres humanos son parte de su entorno y dependen de él.

El principio fundamental de la medicina oriental es vivir en armonía con la naturaleza. El foco de atención es descubrir cómo mantener la armonía dentro del cuerpo y con el mundo exterior.

Para estar sana, una persona debe adaptarse continuamente a los cambios que se suceden tanto dentro como fuera del cuerpo. 
La enfermedad se manifiesta como una desarmonía en el interior del organismo
La energía vital llamada Ki, sustancia primordial del universo, la materia y la energía, sustancia sin forma fluye por todo el cuerpo.
El Ki puede que exista como materia y como no materia, pero se puede entender más como transformación y cambio.
Cada cosa se diferencia de las demás por su Ki. Abarca lo material y lo inmaterial. Las formas de manifestación del Ki son el yin y el yang, dos formas antagónicas y complementarias.  Las dos caras de la misma moneda, la luz y la oscuridad, la firmeza y la blandura, el arriba y el abajo.

La materia es una forma condensada, más yin. El yin representa la estabilidad, lo pasivo, lo femenino, la quietud, el reposo, la tierra, la receptividad, la intuición, etc.
Mientras que el yang es el movimiento, lo activo, lo masculino, el cielo, el tiempo, lo racional, etc. 
Toda la vida depende de la interacción armoniosa de esos dos elementos. Las cualidades opuestas del yin y el yang se ven como complementarias. Ambas crean y se controlan mutuamente. Nada es enteramente yin o yang. Cada uno contiene la simiente del otro. Y ambos se transmutan. –El agua es yin, el vapor yang, el hielo yin.

El Ki se manifiesta tanto en la transformación como en la sustancia. La materia y sus estados cambiantes se caracterizan por su Ki. El cuerpo depende del Ki, sangre y otras sustancias que cambian, fluyen y circulan, por tanto, son más yang que los elementos estructurales del cuerpo como los huesos. Pero siempre el yin y el yang actúan juntos puesto que son las dos caras de la misma moneda.

El Ki circula por canales llamados meridianos sin forma material. El Ki no posee estructura física, es por consiguiente relativamente yang, es el poder transformador de los órganos internos y se asocia con la actividad y la protección.
El cuerpo vivo tiene forma, estructura, peso. Estas son cualidades yin. Es activo, cálido, sensible al entorno, cualidades yang. La parte anterior y los lados internos protegidos son yin, la espalda es yang. La piel y los músculos son yang. Los huesos, órganos y tejidos son yin.

Esta filosofía oriental se emparenta en muchos aspectos con la física cuántica actual y con el pensamiento sistémico. (Teoría de sistemas). Por otra parte, autores como W. Reich, habló del orgón como la energía cósmica que regía todo el universo y de la cual los seres humanos formamos parte.

Nosotros hablamos de tono, basándonos en los estudios de H. Wallon, para referirnos a la energía vital del organismo que rige toda la actividad tanto física como mental. Tanto la teoría de Reich como la de Wallon se relacionan, y estas a su vez con el pensamiento oriental.

La física cuántica nos habla de la materia y de la energía como dos conceptos en uno. 
La teoría de la relatividad demostró que la masa no tiene nada que ver con ninguna otra sustancia, sino que es una forma de energía

La energía es una cantidad dinámica asociada con la actividad o con los procesos. La masa es equivalente a una cierta cantidad de energía, lo que significa que la partícula no puede considerarse un objeto estático, sino como un patrón dinámico, un proceso que implica a la energía que se manifiesta en sí misma como masa de la partícula.

Los experimentos han mostrado que la naturaleza del mundo de la partícula.es dinámica y cambiante  La materia ha aparecido como completamente mutante. Todas las partículas pueden ser transmutadas en otras partículas. Los conceptos clásicos de “partícula elemental”, “sustancia material” u “objeto aislado” han perdido su significado; todo el universo aparece como una telaraña dinámica de patrones de energía inseparables.

Aunque todavía no se ha llegado a un modelo explicativo todos reflejan la unidad básica y el carácter dinámico intrínseco de la materia.

Las propiedades de una partícula solo pueden entenderse en términos de su actividad e interacción con el entorno, no puede considerarse una entidad aislada, sino como parte integrante del conjunto. 
El universo se experimenta como un conjunto dinámico inseparable. Los conceptos clásicos de espacio-tiempo, objetos aislados, causa-efecto pierden su significado.



NUESTRA cultura occidental ha favorecido los valores yang o masculinos descuidando sus contrapartidas ying o femeninas. 
Hemos favorecido la autoafirmación sobre la integración; el análisis sobre la síntesis; el conocimiento racional sobre la sabiduría intuitiva; la competición sobre la cooperación; etc.    

Las raíces de la física se hallan al principio de la filosofía griega siglo VI antes de cristo cuando la ciencia, la filosofía y la religión no estaban separadas. 
Su propósito era descubrir la naturaleza esencial de las cosas que llamaban “phisis” término que significa “naturaleza esencial”. 
Eran llamados “hylozoistas” los que creían que la materia está viva, porque no veían diferencia entre lo animado y lo inanimado, espíritu o materia. Veían todas las cosas como manifestaciones de la físis dotada de vida y espiritualidad. 
Anaximandro veía el universo como una especie de organismo dotado de un pneuma o aliento cósmico de modo similar al cuerpo humano sustentado por el aire.

Esta filosofía monista y orgánica estaba muy cerca del pensamiento oriental. Heráclito creía en un mundo en perpetuo cambio. Para él, todo ser estático estaba basado en un engaño. Su principio universal era el fuego, símbolo del flujo continuo. Heráclito enseñó que todos los cambios del mundo se producen por la interacción dinámica y cíclica de antagonismos y veía cualquier par de antagonismos como una unidad.

Como contraste al concepto mecánico occidental, el concepto oriental del mundo es orgánico. 
Todas las cosas y sucesos percibidos por los sentidos están interrelacionados, conectados, son diferentes manifestaciones y aspectos de la misma realidad. 
Todas las escuelas orientales enfatizan la unidad básica del universo. 
El concepto oriental del mundo es intrínsecamente dinámico. 
El cosmos es considerado como una realidad inseparable, siempre en movimiento, vivo, orgánico, espiritual y material al mismo tiempo. 
El movimiento y el cambio son propiedad de todas las cosas, no están fuera de los objetos sino en la propiedad intrínseca de la materia.