HENRI WALLON: acción y pensamiento (1)


El presente artículo fué escrito en Marzo de 1982. Está dividido en 4 partes. La primera apareció en el "Boletín de Psicomotricidad - CITAP" Nº 3.

HENRI WALLON:
acción y pensamiento -1-
 Joaquín Benito Vallejo



                                               1
INTRODUCCIÓN

        Dentro de la línea que veníamos siguiendo a través de nuestro BOLETÍN, de presentar en cada uno de ellos, la vida y la obra de una personalidad que haya contribuido a  la formación o al desarrollo de las concepciones de la psicomotricidad iniciamos hoy la presentación de un hombre sumamente relevante, cuyas aportaciones son innumerables: Henry Wallon.
           
 No solo pretendemos dar a conocer su obra teórica, su pensamiento, sino además su vida cotidiana, su vida “social”, en cuanto compromiso con la sociedad de la que formó parte y su vinculación a los diversos estamentos que conforman dicha sociedad, (económico, político, cultural, etc.). 

            A primera vista la relación entre la práctica psicológica, que sería la que debía interesarnos, y la práctica social puede parecer escasa o nula. Sin embargo, considerando la psicología y todas las ciencias, como medios de liberación del hombre, y por otra parte, reconociendo el papel determinante de la sociedad en la personalidad humana, entonces no basta con encerrarse en la psicología de los libros y del laboratorio, se ha de luchar por transformar positivamente la sociedad.

            En esta órbita se movió siempre Wallon, consciente de que la ciencia y la vida caminan juntas y no se pueden transformar una sin la otra. Walllon era un hombre preocupado por el humanismo real. El humanismo que lucha contra la dominación de las fuerzas ciegas de la naturaleza y de la sociedad.

            La exposición que vamos a realizar constará de varios capítulos, de los cuales, este solo es el inicio. En los próximos números intentaremos adentrarnos en el conocimiento de su método de trabajo, que ineludiblemente desembocará en el materialismo dialéctico. Seguiremos con el análisis de sus concepciones fundamentales, un repaso de sus obras y sus aportaciones a la psicomotricidad. Concluiremos con la bibliografía detallada de y sobre Wallon que podemos  encontrar hoy en España.

            La riqueza de la obra walloniana hace necesaria esta elaboración más amplia y detallada, para poder penetrar mínimamente en su pensamiento. Estos párrafos seguramente no den una visión definitiva de Wallon, por otra parte  imposible, pero nuestra única intención, y quedaríamos satisfecho con ello, es acercarle a nuestros lectores e inducirles a estudiar sus propias obras.


LA UNIDAD DE LA VIDA Y DE LA OBRA

        La vida y el pensamiento de Henry Wallon, la vida pública y los escritos, la teoría y la práctica forman una unidad paradigmática de la unidad psicosomática de la persona humana que el tanto recalcó a lo largo de sus libros y artículos. A la densidad y riqueza de su pensamiento se unió siempre una intensa actividad práctica. En el Wallon de la dialéctica materialista se halla implícito el marxista militante, en las ideas renovadoras de Wallon, en la búsqueda de la libertad del individuo se encuentra H. Wallon arriesgándose en la calle. No existe en Wallon disfunción entre acción y discurso. Su edificio teórico no es engañosa mampostería, o huero verbalismo. Teoría y práctica se desarrollan paralelas como resultado dialéctico una de la otra.

            El entorno familiar y social de la infancia de Wallon puede ser calificado de favorecedor de la riqueza de su pensamiento y de su talante liberal. Cuando nació, el 15 de junio de 1879, la III República Francesa llevaba 4 años de vida, precisamente gracias a su abuelo paterno, parlamentario que adoptó la famosa enmienda “Wallon” introduciendo  la palabra y la noción de la República en la Constitución de 1875, por escaso margen. La familia Wallon pertenecía a la burguesía republicana y liberal. El abuelo fue además, historiador y un gran luchador en favor de la abolición de la esclavitud. Wallon, el nieto, creció en una atmósfera culta y progresista, inmerso en los acontecimientos de la época. La muerte de Victor Hugo, del que su padre era un gran admirador, lo cuenta Wallon como uno de sus primeros y más emotivos recuerdos. La famosa tentativa del General Boulanger y el caso Dreifus formaron parte de sus preocupaciones juveniles y estuvieron presentes en constantes discusiones.

            En 1903, tras pasar por la Escuela Normal, es agregado de filosofía. A continuación inicia los estudios de Medicina y es doctorado como neurólogo (patología nerviosa) en 1908. El orden de estos estudios se debe a la propia estructura universitaria que obligaba para estudiar psicología pasar anteriormente por filosofía o medicina. Wallon escogió estos dos caminos, lo que va a ser determinante para su futura concepción psicológica. Su experiencia de clínico le guardaría del verbalismo de los ideólogos mientras que su experiencia filosófica le defendería del empirismo de los médicos.

            Wallon defendería la psicología contra dos corrientes, la del espiritualismo que se contenta con la intuición y la del mecanicismo, que reduce la actividad consciente a procesos biológicos.

            Por entonces ya existía en Francia el objetivo de fundar una psicología sobre la base de la ciencia del cuerpo, rompiendo con la tradición metafísica. Theodule Robot fue el promotor de esta estirpe de psicólogos y fundador de la psicología científica. Para él, la medicina debía ser el edificio de la psicología y luchó porque se constituyera como ciencia independiente.

            La obra de P. Janet resultó fructífera en extremo, pudiendo destacar como crucial de su psicología, la concepción de la jerarquía de las tendencias y sus concepciones energéticas y dinámicas.

            H. Pieron tenía el conocimiento exhaustivo de las distintas facetas de la psicología y la filosofía.

            Desde Ribot a Wallon se defiende una psicología experimentalista y comparativista y se intenta separar la psicología del marco de la filosofía. Consideran que la psicopatología puede aportar elementos sumamente válidos a partir de hechos de la psiquiatría, (Ribot, Janet, Wallon) o de la neuropatología (Pieron, Wallon). Lo que acerca el pensamiento de Wallon al de Ribot y Janet es la idea de la jerarquía funcional. Según Ribot, para conocer al individuo, lo mismo que para conocer a la especie, hay que llagar a una clasificación natural, objetiva y dentro de una perspectiva histórica. Janet estudió las estructuras de conducta partiendo de conceptos psicológicos de niveles y jerarquías pero ninguno de ellos tuvieron en cuenta el estudio del niño. Fue Wallon, quien, partiendo estudios psicológicos y psicopatológicos del niño, estableció una ontogénesis de las conductas discontinuas. 

            A su doctorado en Medicina le siguen especialmente sus clases en la Sorbona, como encargado de cátedra. La creación del laboratorio de psicobiología del niño, su integración en la Ecole Practique des Hautes Etudes como director, la creación del Institut de Psichologic, su nominación para el Colegio de Francia y la publicación de algunos de sus más importantes libros, Principes de Psychologíe appliquée, Los orígenes del carácter en el niño y La evolución psicológica del niño.

            En los años anteriores a 1939 Wallon trabajó con las organizaciones  que luchaban contra la guerra y el fascismo. Se ocupaba de la universidad obrera de Paris y militaba en el comité de vigilancia de los intelectuales antifascistas. En el frente de Madrid, cuenta Zazzo su inseguridad, al no ponerse al abrigo de las balas. Forma parte del Comité Ejecutivo  de la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza, desplegando gran actividad para ayudar a los representantes de la República Española. Hizo también proclamas desde Radio Madrid, en solidaridad con el pueblo en lucha. España era, en propias palabras de Wallon, el escudo de la libertad mundial, el último dique en pie de guerra contra el fascismo retrógrado y bárbaro.

            Es así como asociaba la actividad al estudio. Práctica y teoría deben unirse para ser fecundas. Muchas veces Wallon había dicho que para un investigador como él, deseoso de utilizar su pensamiento en base a los hechos de las realidades, en lugar de ofrecerlos a las utopías o las abstracciones, el movimiento concreto de la Humanidad en marcha hacia nuevos horizontes había tomado la forma de una irresistible verdad científica (G. Cogniot).

            En 1940 tomó la dirección del Frente Nacional Universitario contra el Invasor y contra Vichy. Cuando aparece el periódico clandestino “L université libre”, bajo la iniciativa de G. Politzer y J. Salomon, Wallon se vuelca colaborando con él. En 1942, el mismo año que fueron ejecutados por los nazis Politzer y Salomon, se adhiere al Partido Comunista Francés, entonces ilegal. Esto fue el resultado de una larga evolución. En aquellos momentos Wallon consideró esencial estar dentro del partido, y no simplemente a su lado. El P.C. sintetiza sus preocupaciones económicas y políticas en la práctica y asumía su método de acción y conocimiento de la realidad: el materialismo dialéctico.

            El Consejo Nacional de la Resistencia designó a Wallon el 20 de agosto de 1944, para ocupar el puesto de secretario General de Educación Nacional. Los quince días que estuvo en este cargo fueron días infatigables de proyectos de cambio y renovación. En septiembre De Gaulle le sustituyó, acabando así con las esperanzas que toda la universidad había puesto en él.

            Más Wallon sigue sin desfallecer, desde su puesto de Presidente Internacional de Sindicatos de Enseñanza  confecciona miles de artículos declaraciones y llamamientos para movilizar a la opinión mundial contra la guerra fría, la política de armas atómicas, la detención de explosiones experimentales, y el apoyo de la lucha de emancipación de los pueblos coloniales.

            En 1946, siendo diputado por Paris en la Asamblea Constituyente, es nombrado, junto con P. Langevin para la comisión ministerial de reforma de la enseñanza. El proyecto  conocido por el nombre de sus autores (Plan Langevin-Wallon) fue siempre inaplicado, pero sigue teniendo la misma actualidad que entonces  como podremos comprobar mediante la breve exposición de sus objetivos más importantes.

            Su objetivo general se basa en la necesidad de una transformación del sistema educativo francés, partiendo de una serie de críticas como la inadaptada estructura de la enseñanza a la sociedad, debida a la insuficiencia de contactos entre la escuela y la vida, el desaprovechamiento del progreso científico y el desconocimiento del alumno como persona y ciudadano.

            Sus principios básicos son la igualdad para todos los niños sean cuales fueren sus orígenes familiares, sociales o étnicos, la educación entendida como desarrollo completo de la personalidad, para lo cual es necesario el conocimiento de la psicología específica de cada edad y de sus necesidades y la atención a cada niño en particular, la orientación escolar y profesional, la formación del hombre como trabajador y como persona humana. En todo caso la escuela ha de ser un centro de difusión de la cultura, en el medio -rural o urbano-, en que esté ubicada. La enseñanza ha de responder  a niveles de desarrollo, después de especializaciones y aptitudes, nunca a categorías sociales. Se han de emplear métodos activos, partiendo de las iniciativas de los mismos niños, realizando trabajos individuales y en grupo. Se establecen dos tipos de control, pedagógico, en cuento a la acción de los maestros y psicológico respecto del desarrollo y problemas de los alumnos. Para desarrollar el primero están los inspectores desarrollando una constante colaboración  y asesoramiento. Para el segundo se crea un cuerpo de psicólogos escolares, dedicando su labor al conocimiento del niño en sus particularidades, las consecuencias psicológicas de los métodos educativos y su eficacia. Se crean además secciones especiales para deficientes mentales y sensoriales, niños con problemas aprendizaje o de conducta, cuidando su integración y no su marginación.

Hasta el día de su muerte, el 1 de diciembre de 1962, ocurrida como consecuencia de un atropello de un automóvil que le redujo a la inmovilidad durante diez años, Wallon ha seguido publicando innumerables artículos centrados en la problemática infantil, han salido a la venta sus mejores libros: Del acto al pensamiento; Los orígenes del pensamiento;  Los mecanismos de la memoria… Ha creado la revista Enfance, y, como ha venido haciendo desde su doctorado en Medicina, sin un momento de abandono, ha seguido con sus análisis y estudios de niños deficientes, anormales, retrasados…, (de donde han salido todos sus libros y escritos), con un método fecundo, tomando los problemas orgánicos en su justa medida, penetrando en la dinámica de los trastornos, en sus características, en su evolución, y en la relación del trastorno con el medio material y humano del niño.

HENRI WALLON: Acción y pensamiento ( 2)
HENRI WALLON. Acción y pensamiento (3)
HENRI WALLON. Acción y pensamiento (4)
HENRI WALLON. Bibliografía.

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