EUTONIA - tacto y contacto

1.- ¿Qué es la eutonía?
Anotaciones de Joaquín Benito Vallejo
(Ver también libro: Educar-nos para la ternura)

Definiciones:
Etimológicamente, “eutonía” significa tono justo, armónico, equilibrado. (Del griego “eu” –óptimo, justo, armónico, equilibrado-, y “tonus” -tono, tensión, energía...-.

Gerda Alexander –autora del método de Eutonía-, la definió así:
“Estado de equilibrio en el que todas las partes del cuerpo están conscientemente con un mismo grado de tensión muscular, en armonía con un equilibrio neurovegetativo.”


Vamos a ir por partes, tratando de explicar estos conceptos.

¿Qué quiere decir “tono justo”? El grado de tensión, fuerza o energía, necesarias para realizar un movimiento o mantener una postura. El grado exacto de tensión, ni más, ni menos. Si utilizamos más tensión de la necesaria, el resultado es que estamos malgastando la energía, lo cual conduce en primer lugar a una pronta fatiga o cansancio, y en segundo lugar o a más largo plazo, la excesiva tensión con la que actuamos va quemando poco a poco nuestro organismo, deteriorando los músculos y las articulaciones y obligando a realizar un trabajo mayor al aparato circulatorio y respiratorio. En caso contrario, si utilizamos menos tensión de la necesaria, sencillamente, no podemos realizar la acción. Si quiero levantar un peso de 50 kilos, y no puedo desarrollar la fuerza correspondiente, sencillamente, no lo podré levantar.


En general, todo lo que hacemos con una parte del cuerpo o con una función, actúa en mayor o menor medida y de forma diferente en el conjunto y la unidad corporal, en el funcionamiento de todos los órganos. Entendiendo, por supuesto, como unidad corporal también la mente. La mente sin el cuerpo no existe, y lo que acontece en el cuerpo físico a la vez tiene sus incidencias en el entramado mental. (Y viceversa, lo que pensamos también tiene su influencia en lo físico)


En la anterior definición de G. Alexander, encuentro un error de explicación. Todas las partes del cuerpo no pueden tener nunca el mismo grado de tensión. Porque cada parte es distinta y cada parte desarrolla una función diferente dentro de la unidad corporal. No pueden tener nunca el mismo grado de tensión, una mano, los glúteos, o la cara. Dependiendo de cada movimiento, y de cada postura, el grado de tensión es diferente en unos zonas y en otras.

Cuando hablamos de equilibrio o de armonía corporal hemos de referirnos siempre al conjunto. En esa unidad corporal física cada parte ha de tener su grado justo de tensión en relación con el conjunto de las partes y con la acción que se está llevando a cabo.


La explicación de Digelmannd es más aclaratoria.

La Dra. Denise Digelmannd, escribió en 1971:

“La eutonía es un estado que consiste en tener todas las partes del cuerpo en un grado de tensión muscular óptima en relación con la acción que el sujeto se propone hacer, siendo capaz de observar la acción en curso, para lo que es necesario la unidad del cuerpo y el contacto con el medio entorno”.

La eutonía ideal, -el tono justo-, es una noción subjetiva, representa el ideal al que tenemos que aspirar, la referencia o el objetivo, la brújula que orienta el trabajo. El desarrollo de la eutonía como método pedagógica es trabajar en ese sentido.


Otros la formulan como:

Libertad de la forma del cuerpo y de su movimiento:
La libertad de la forma corresponde a la aceptación de la relación entre la anatomía y la fuerza de gravedad. Lo que significa que, la fuerza que nosotros oponemos a la fuerza gravitatoria para mantenernos en pie, pasa lo más cerca posible de los ejes de los huesos y de las articulaciones. Es dejarse estar vertical y aceptarlo, es decir, siendo consciente de ello.
La libertad del movimiento, es la libertad articular, pero también la libertad de ser el propio cuerpo, la capacidad de establecer intercambios y relaciones con el entorno, de crear con el espacio, con los objetos y los otros.



2
- El tacto y el contacto corporal.

El tacto y el contacto son los aspectos más importantes de la eutonía, que podemos aplicar en nuestras relaciones pedagógicas; afectivas; de acompañamiento; en niños, adultos, enfermos, ancianos, etc.

El afecto y la ternura son su resultado más fructífero. Sabemos que el contacto con la madre –o con quien ejerza su papel- es vital para el niño, como nos demostraron los descubrimientos de René Spitz entre otros. ....

La piel, como órgano del tacto, del contacto y del afecto, es el mayor órgano sensorial y las sensaciones son el alimento básico del cerebro. ....

El contacto es esencial para reconocer el propio cuerpo y diferenciarlo del exterior; para acrecentar la imagen corporal; para proporcionar autonomía, seguridad, confianza, mejor comunicación y aprendizaje, entre otros aspectos, como multitud de investigaciones han demostrado. ....

De ello se pueden beneficiar fundamentalmente, aquellos niños con necesidades especiales, pero además cualquier persona en cualquier etapa de su vida: niños, adultos, ancianos. Como estimulación sensorial -cerebral-, y sobre todo como medio de comunicación afectiva.....

Educar-nos. –Antes de pretender educar a otros, eduquémonos a nosotros mismos. Aunque, también es cierto, que nos educamos a nosotros, “educando a otros”, porque la educación, como casi todo en nuestra vida humana, supone inter-relación-.

Educar-nos para la ternura es hacernos más delicados, más tiernos, más dulces, más suaves, más finos, más sensibles, más disponibles, más flexibles, más fluidos, más atentos, más comprensivos…

La ternura radica en el tacto y en el contacto, en la actitud, en la voz, en el ambiente, en la comunicación, en la empatía.

Implica “eutonizarnos”: reequilibrar, afinar, modular, armonizar,… nuestro tono, con el objetivo de conocer, controlar y diluir nuestras tensiones, emociones, o preocupaciones, para no transmitirlas a los demás mediante el tacto, la actitud, la voz, etc.

Significa:
- No transmitir tensión, crispación, emoción negativa, estado de ánimo, preocupación.
- No crear dependencia
- No seducir
Educar-nos para la ternura significa aprender a ser afectuosos y respetuosos
- dar sin querer recibir
- dar si el otro quiere recibir
- dar sin imponer ni invadir
- dar protección
- dar seguridad
- sentir a la otra persona
- reconocerla como ser único. –respetar su individualidad-


· Es distender pero también energetizar, vitalizar
· Dar el tono que el otro necesita
· Dar calma y tranquilidad, o ánimo y valor
· Estimulación sensorial
· Integridad corporal y psíquica

Educar-nos para la ternura, significa no actuar por deber sino por placer.

Hacer agradable la presencia del otro.
Comunicarle la alegría y el placer de vivir.
Hacerle sentir su cuerpo como principal fuente de realidad y de realización.
A través del cual siente su entorno, se comunica y se valora.


Bibliografía


1. Alexander, G., LA EUTONÍA. Ed. Paidos. Barcelona 1983
2. Benito Vallejo, J., CUERPO EN ARMONÍA –leyes naturales del movimiento-. INDE Publicaciones. Barcelona 2001
3. Benito Vallejo, J., Educar-nos para la ternura -El tacto y el contacto corporal en la relacione humanas- Ed. Corona Borealis. Málaga 2017
4. Digelmannd, D., La eutonía de Gerda alexander. Ed. Paidos. Buenos Aires 1981

(*) El tacto y el contacto consciente son aspectos esenciales de la Eutonía.


4 comentarios:

  1. Magnífica selección de textos. Sobre el dar y el recibir, nada que añadir, salvo ser cuidadosos en ni depender de otros ni hacer que otros dependan de mi. Conservar la propia autonomía tanto como se pueda para ser personas completas. Gracias Joaquín Benito.

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  2. Gracias por todas lasa referencias bibliográficas y experienciales. Definitivamente, comparto su opinión pues, CUANDO TOCAMOS, SOMOS TOCADOS. Por ejemplo, muchas personas al tener un perro y acariciarlo, se sienten tan gratificadas en ese acto de amor perruno , cuando ademas, también ellas son acariciadas al conectare con la sensorialidad de ese dar y entonces están recibiendo amor.

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    1. Gracias a ti, gildaeso - Somos por los otros - Nos hacemos, haciendo con los otros. Tocar es dar y dando, recibo.

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