El sentido del
tacto
–Comunicación humana a través de la piel-
Ashley Montagu.
Colección Arión
–Ediciones Aguilar Madrid 1981
Montagú empezó a
reflexionar sobre el sentido del tacto y la piel hacia 1994. Hasta entonces apenas
existían pruebas experimentales en que apoyarse. Su libro se asienta en muchas
fuentes de información recopiladas hasta 1953. Se interesa por la forma en que las experiencias táctiles o sus
carencias influyen sobre el desarrollo de la conducta.
La piel es el más extenso, sensible y antiguo de
los órganos. El primer medio de comunicación y nuestro protector más eficaz. El
más importante órgano del cuerpo humano tras el cerebro.
El sentido del tacto –residente en la piel- es la
madre de todos los sentidos. Despunta antes que todos los demás. El embrión con
menos de 8 semanas de una pulgada de tamaño, carente aún de ojos y oídos, ya
reacciona al contacto táctil de la piel. En el medio acuático amniótico la piel
responde a los cambios físicos, químicos, nerviosos y térmicos.
Nace del ectodermo igual que los órganos
sensoriales y el sistema nervioso. Su desarrollo prosigue durante toda la vida
y su sensibilidad depende de la estimulación externa que reciba. La
sensibilidad cutánea se desarrolla antes que las demás y más completamente
durante la vida prenatal. Según la ley embriológica: cuanto más pronto se
desarrolla una función más importante es.
Existen unos 50 receptores por cada cien milímetros
cuadrados sensibles a la temperatura, al dolor y al tacto. De 7 a 135
corpúsculos táctiles por centímetro cuadrado. Más de medio millón de fibras
sensitivas. La piel debe llevar a cabo
variadas respuestas para adaptarse al entorno circundante: desplazamientos del
aire, gases, partículas parásitos virus, bacterias, cambios de presión y de
temperatura, humedad, luz, radiaciones…
Es el sistema orgánico con la máxima extensión: 2500
cm cuadrados en el recién nacido, 18.000 en el adulto, el 18 x 100 del peso
total del cuerpo.
Desempeña
4 funciones fisiológicas: 1- protege a las estructuras internas de los
agentes externos: radiaciones, invasión de sustancias, etc.; 2- Es un órgano sensorial; 3- regula la
temperatura; 4 – Interviene en el
metabolismo y almacenamiento de grasas, agua y sales.
No solo es el órgano más extenso sino que tienen
una amplísima
representación en el cerebro. Según las leyes neurológicas, la extensión de un área cerebral
depende de la complejidad de funciones
que regula. Las proporciones del área cerebral del tacto subrayan la
importancia de las funciones táctiles en el desarrollo de la persona.
En cuanto
sistema sensorial, la piel es el órgano más importante de nuestro cuerpo. Se puede
permanecer ciego y sordo toda la vida y completamente desprovisto del olfato y
del gusto pero es imposible sobrevivir a
la privación de las funciones desempeñadas por la piel. Helen Keller que perdió
el oído y la vista durante la infancia “creó” una mente nueva mediante la
estimulación de la piel.
La analgesia cutánea acarrea un riesgo a la
vida al carecer de señales de peligro.
La constante estimulación de la piel por parte del
medio ambiente mantiene el tono muscular y sensitivo. El circuito de doble
sentido entre el cerebro y la piel no se
interrumpe ni durante el sueño. La importancia de la piel no concierne solo a
la ontogénia de las funciones físicas sino también a la evolución de la
conducta. Los efectos de las experiencias táctiles sobre la conducta son
innegables. Un estado de ánimo atormentado puede traducirse en una erupción
cutánea, la urticaria, la psoriasis y otras enfermedades de la piel constituyen
en muchos casos trastornos psicológicos.
¿Qué tipo de estimulaciones cutáneas se requieren
para que el desarrollo sea normal, tanto desde el punto de vista físico como
respecto a la conducta? ¿Cuáles son los
efectos de la ausencia o insuficiencia de determinados tipos de estimulación
cutánea?
Para que un miembro de la especie Homo Sapiens se convierta en un ser
humano normal ¿Es necesario que viva determinadas experiencias táctiles durante
los primeros años de su vida?
LAS RATAS y el contacto
En experimentos hechos con ratas a causa de la
extirpación de la glándula tiroides y paratiroides, se encontraron que los grupos de ratas que habían sido
estimuladas con caricias sobrevivieron a
la operación en un 65 % mientras que las
ratas que no habían tenido ningún contacto murieron en un 100 por 100. Las
caricias y muestras de cariño originaban
en las ratas una estabilidad nerviosa que compensaba la pérdida de la hormona
paratiroidea, así como sosiego, tranquilidad y una falta total de tensión
neuromuscular e irritabilidad. (Hamnett
1921)
(Denemberg) Las crías de ratas que han sido
acariciadas al comienzo de su vida y
permanecen bien con la madre, pesan más, y se muestran menos inquietas. Lo
mismo ocurre cuando la madre es acariciada durante la preñez. (Ader / Werboff /
Weininger) Sufre un menor deterioro en los sistemas cardiovascular y
gastrointestinal. Muestra menor estrés y más capacidad de adaptación al medio.
Aprenden mejor y viven más tiempo.
LAMETEO
Tras una larga experiencia en la observación de los
animales mamíferos por sus cuidadores se puede afirmar que el animal recién nacido necesita
ser lamido para sobrevivir.
El aparato genito-urinario y
gastro-intestinal requieren para su funcionamiento ciertas estimulaciones
cutáneas. (J. A. Reiniers 1946-49) Los
gatos y las ratas necesitan estimulación en las zonas genital, perineal, hocico
y bajo vientre.
Entre los primates las madres lamen a sus crías desde el
nacimiento. El lameteo que administran a su propio cuerpo y a las crías tienen la
misión especial de estimular las principales funciones corporales: respiratoria,
circulatoria, digestiva, reproductora, nerviosa y endocrina.
Otros
estudios han demostrado que las primeras estimulaciones cutáneas ejercen una
crucial influencia sobre el sistema inmunológico, mostrando un nivel más
elevado de anticuerpos. Otras investigaciones han constatado un aumento
considerable de peso, mayor actividad, menor timidez, mayor capacidad para
soportar los efectos del estrés y más
resistencia fisiológica.
El hecho de
impedir que la madre –cabra, oveja, gallina- ejerza estas estimulaciones en el
momento del parto, hace que el animal se muestre después incapaz de ejercer
esta función. Los animales tampoco identifican a sus crías sino han sido
lamidas al nacer. La adquisición de la conducta propia de la especie depende de
las experiencias vividas por el animal en ciertos momentos críticos. En la
mujer pueden aparecer efectos similares negativos por la práctica consistente
en apartar el bebé recién nacido de la madre.
(Harlow) –Observaciones con macacos- Sus
colaboradores postulan que en el abrazo
corporal radica la principal razón que vincula a la madre con el recién nacido. Definen el cariño maternal en
función de diversos factores: los estímulos externos, las experiencias vividas
y numerosos procesos endocrinos. Los primeros se relacionan con el contacto
corporal, calor, mamada, así como estímulos visuales y auditivos. Los segundos, referidos a la conducta
materna, engloban toda la experiencia de la madre, cobrando importancia las
tempranas vivencias de esta y las relaciones mantenidas con los demás hijos. En
cuanto a los factores endocrinos, estos atañen al embarazo, el parto, y a la reaparición del ciclo ovulatorio
normal.
Los corderos que no son lamidos por la madre, no
saben mantenerse en pie y acaban por morir.
La marcada tendencia de todas las crías de los
mamíferos a arrimarse al cuerpo de la madre, de sus congéneres o de otro animal
indica que la estimulación cutánea constituye una importante necesidad
biológica en la que se apoya su desarrollo físico y su conducta.
El contacto de la mano humana resulta más eficaz
que la aplicación de un aparato mecánico: Las vacas ordeñadas a mano
proporcionan más leche y de mejor calidad. Los caballos se muestran más
amigables. A los delfines les encanta recibir caricias.
Las pulgas ejercen el papel de estimular la piel de
los erizos, incapaces de ejercer por sí mismos esta estimulación.
Las distintas formas de estimulación cutánea
recibidas al comienzo de la vida revisten una importancia fundamental para el
desarrollo físico y conductual. En el hombre lo es además para la consolidación
de sus relaciones emocionales y afectivas. El hombre aprende a amar en función
de la ternura de que es objeto.
Harlow concluye que el principal papel del
amamantamiento radica en el contacto corporal afectivo. Las madres que
no eran capaces de ofrecer una estimulación a sus crías no habían tenido
tampoco una relación con su madre.
(Yo mismo
en mi infancia comprobaba absorto como diversos animales se estimulaban
diariamente: Las cabras se restregaban contra las paredes; los caballos, mulos
y asnos eran llevados diariamente a revolcarse; los cerdos se rebozaban en las charcas;
Las gallinas escarbaban en la tierra para a continuación restregarse. Todos los
animales buscaban la caricia en el lomo, el cuello, el hocico, etc., y con ello
se calmaban y eran más amigables.)
LA MATRIZ DEL TIEMPO
¿Por qué no lame ni acicala, la madre humana a
su hijo? Ni los monos antropoides tampoco lo hacen. Sin
embargo hay otra conducta que ejerce una
función similar: es la caricia. Cuando alguien tiene malos modales en Francia
se le dice que “es un oso mal
lamido”. Plinio el Viejo narra, que el
oso nace amorfo y que al lamerlo, la madre le da forma. Un sucedáneo del
lameteo radica en el largo parto que debe sobrellevar la hembra humana ya que
los efectos de las contracciones uterinas son parecidas a los que produce el
lameteo, aparte de la estimulación continua por el líquido amniótico y las
paredes de la matriz.
El hombre nace más inmaduro y tarda más tiempo
en alcanzar la madurez que cualquier otro animal.
LA CRIANZA AL PECHO
Se destaca los beneficios de la crianza al
pecho, pero sobre todo su contacto afectivo.
Ternura y cariño solicito.
En el siglo XIX y principios del XX se relatan muchos
casos de muertes de bebés por las carencias de contacto corporal a causa de
determinadas modas impuestas por médicos
que estaban en contra tanto de la lactancia materna unos, y otros de atenciones
y cuidados, rechazando el coger en brazos,
etc. Todo muy rígido y estructurado, las comidas, etc.
Se destaca también la importancia de las caricias
durante el embarazo, el parto y el posparto, porque ello despierta las
actitudes de la madre hacia el contacto con el bebé. La crianza a pecho favorece la estimulación
cutánea, -primera comunicación entre madre e hijo, o diálogo tónico como dicen
Wallon y Ajuriaguerra-, y también favorece la estimulación de los otros
sentidos, ya que al mamar, el niño mira a su madre, la oye susurrar o tararear
o hablarle, le acoge y abraza, el bebé saborea, y huele. Después, él también
tocará, -primer atisbo de coordinación óculo manual-.
Crecimiento es un aumento de tamaño. Desarrollo es
un aumento de la complejidad.
La estimulación cutánea influye tanto en el
crecimiento como en el desarrollo.
Las ratas acariciadas aprenden con más
facilidad y crecen más deprisa. Tanto crecimiento como desarrollo dependen de
las estimulaciones externas. En el aprendizaje tales estimulaciones han de ser
placenteras para que ejerzan un efecto positivo.
Los animales se parecen a los
niños respecto al apego, los más acariciados exploran más el entorno. / Ganan en peso encefálico y hay
mayor desarrollo de la corteza y sub-corteza cerebral. Mayor viveza,
curiosidad, y capacidad para resolver problemas. Mayor crecimiento esquelético y corporal,
mejor asimilación de alimentos, son menos asustadizas en situaciones de estrés.
El sistema inmunológico es más eficiente. Maduración de la pituitaria y de la
corteza suprarrenal. Mayor capacidad de aprendizaje y retención superior. Todos
los animales reaccionan positivamente a tales estimulaciones tempranas.
La necesidad de contacto y estimulaciones cutáneas
se mantiene durante toda la vida. Sin embargo, esto es vital en los primeros
días. La piel es el principal órgano sensorial del lactante y tales
estimulaciones revisten una importancia crítica para el desarrollo y el
crecimiento.
El cerebro y el sistema nervioso del ser humano se desarrollan
plenamente como respuesta a estimulaciones táctiles. Las abundantes e intensas
estimulaciones del niño aceleran su desarrollo. El retraso de los niños criados
en instituciones se debe a la carencia de estímulos sensoriales cutáneos. Los
niños carentes de estimulación no saben amoldar su cuerpo a los brazos del
adulto –carecen de dialogo tónico, de acomodación y de adaptación como lo define Ajuriaguerra. / Tanto la escasez como el
exceso de estimulación originan conflictos y coartan el desarrollo psíquico.
Escalona: – los
lactantes dotados de mayor sensibilidad cutánea son los que reciben más
cuidados de índole táctil.
Las
sensaciones difusas al principio se van afinando progresivamente. Tanto la forma y configuración de la realidad
exterior son el fruto de una lenta construcción a partir de lo que la
experiencia brinda al lactante las cuales penetran a través de los sentidos y
experimentan una constante comparación.
El sentir: los ojos, los oídos, la
nariz, la lengua, sienten antes que ven, oyen o saborean. En los primeros
estadios predomina el tacto y las sensaciones kinestésicas. Más tarde son los estímulos
visuales y sonoros.
La comunión afectiva y el sentimiento de identidad
propia se constituyen a partir de los contactos e identificaciones que se desarrollan entre
la madre y el lactante.
Las
frustraciones cutáneas padecidas en la primera infancia son muchas veces el origen
del retraimiento, la frialdad emocional, la falta de identidad, el despego.
El
eczema aparece en niños predispuestos porque no han conseguido obtener de su
madre un contacto corporal placentero.
La relajación está en relación directa
con el contacto corporal. Los contactos propios como rascarse, frotarse las
manos tocarse la mejilla, etc., parecen cumplir el propósito de infundirse
confianza y de reducir la tensión nerviosa. O el tener algo entre las manos una
pelota, bola de papel, boli, etc.
En esquizofrénicos, autistas, asmáticos y
otros, el contacto mediante masaje hizo
progresos increíbles.
Las estimulaciones táctiles constituyen una
experiencia imprescindible para el desarrollo normal de la conducta.
La
frustración de semejante experiencia durante la infancia acarrea una profunda
incapacidad para entablar relaciones interpersonales.
La torpeza que algunas
personas manifiestan en sus contactos sociales como el apretón de manos, el
abrazo, el beso… deriva sobre todo del fracaso de la interacción entre
madre e hijo.
Los trastornos
psicosomáticos se desarrollan con mayor facilidad en aquellas personas que se
han visto privadas de cuidados maternales -contacto físico, balanceos, mimos,
caricias, abrazos, y otras estimulaciones.
El grado de desarrollo de un ser
humano puede medirse por su actitud para abrazar a otros con espontaneidad y
placer, por su capacidad para establecer
contacto.
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