EL ARTE y el PODER del TACTO
Joaquín Benito Vallejo
La piel define el límite y el contenido
corporal. Los primeros contactos corporales de la madre con el niño son
determinantes para que éste encuentre su integridad corporal y con ello la
psíquica.
Sabemos lo importante que es la estimulación
de la piel para poner en marcha y activar múltiples funciones fisiológicas
imprescindibles para la vida, como lo hace el lameteo de los mamíferos con sus
crías recién nacidas. (Ashley Montagu – El sentido del tacto, comunicación humana a través de
la piel-. Ed. Aguilar. Madrid 1981)
Sabemos la importancia del contacto corporal
en los niños, que como demostró R. Spitz
es fundamental para su supervivencia.
Sabemos que el contacto corporal activa
neuronalmente las capacidades cognitivas como se ha demostrado con animales.Sabemos, sobre todo, que el contacto corporal define la integridad corporal y psíquica. (EL YO-PIEL Didier Ancieu. Biblioteca Nueva Madrid 1987
En los primeros meses de vida del niño el papel de la madre mediante el tacto y el contacto corporal, es fundamental para formarse la identidad del recién nacido.
Hay que orientar el papel del tacto, más en este sentido, no como medio de adquirir informaciones sensoriales únicamente, sino como el medio para producir una integridad corporal personal a la persona que se toca, al niño. Y más aún si el contacto está centrado en el afecto. A través del tacto y del contacto corporal ofrecido por la madre, el niño va definiendo sus límites corporales y por lo tanto su yo. En este caso el niño no es sujeto activo, no toca, sino que es tocado, es sujeto pasivo, recibe, no da, pero con esta recepción a través del contacto de otro ser, se siente a sí mismo, va conociendo su propio ser.
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