Eibl-Eibesfeld; I. Amor y odio –
Historia natural del
comportamiento humano-
Recopilacion realizada por Joaquín Benito Vallejo
El autor subraya que tanto el
comportamiento animal como el humano están gobernados principalmente por conductas
de vinculación social programadas en nuestros genes.
(Prólogo)
La evolución del comportamiento tiene sus momentos estelares. Uno de ellos
es la “invención” del cuidado de la prole en la historia filogenética de los
mamíferos.
Con la formación de los
comportamientos, en los mamíferos, las madres, y en las aves tanto el padre
como la madre cuidan a sus descendientes.
Apareció sobre la tierra un
repertorio de comportamientos que, en cuanto a su naturaleza, son básicamente
amistosos…
Más tarde aparecieron en las crías, llamadas que
desencadenan estos comportamientos protectores, como el de la alimentación, el
cuidado, la limpieza, y la protección. Se desarrollan señales
entre la madre y el hijo para la mutua comprensión, así como para la
satisfacción emocional, de proteger y de ser protegido. …
Con el desarrollo del
cuidado de la prole no solo se dieron la motivación y los instrumentos para
una existencia pacífica del mundo, sino también el amor, definido éste como una
ligazón individual…
Para el animal joven es
importante reconocer a sus padres, es vital que no se apegue por error a
extraños….
Entre los mamíferos
superiores las familias se convierten en grupos, que están ligados de manera
casi familiar. Entre los ratones, al ser familias muy numerosas, están ligados
a través de un olor común que les distingue de otros grupos.
La ternura apareció en el mundo por el
cuidado de la prole.
VENTAJAS DE LA SOCIABILIDAD
Las ventajas de la sociabilidad son muy diversas.
La Protección - Pingüinos y arañas se juntan para protegerse del frío y de la sequía.
Los peces viven en bancos unidos por un olor específico, para que ninguno quede
aislado y sea aniquilado por un depredador. Las aves forman bandadas. Insectos
y vertebrados forman colectividades por la misma razón. Protegen a las crías de
cualquier peligro.
Los
comportamientos de protección y defensa de la progenie aparecieron antes incluso
que los de la alimentación.
Otra ventaja de la unión es la repartición del trabajo en la
realización de diversas tareas: el cuidado de la prole; la caza, la defensa… Los
machos pueden hacer una tarea y las hembras otra o pueden turnarse en la misma tarea,
por ejemplo, en la alimentación y el cuidado de las crías. Los lobos, cazan en
manada repartiéndose los papeles a desempeñar. Entre los insectos sociales cada
casta desempeña un rol distinto. Así, entre las hormigas cortadoras de hojas
hay tres castas de obreras: las grandes que defienden el nido; las medianas que
cortan y trasportan la hoja; las pequeñas que elaboran la hoja y la transforman
en hongos de los que viven.
La división del
trabajo permite especializaciones muy grandes y con ello mayor rendimiento.
La vida en grupo facilita también la formación de tradiciones. Se ha observado en primates que la invención o
descubrimiento de un individuo es imitado y conservado durante generaciones.
Esto crea costumbres grupales específicas.
Con frecuencia los miembros de un grupo se ayudan sin obtener ventaja
incluso hasta sacrificar su propia vida por el otro.
Esto plantea la cuestión del comportamiento altruista y si éste
forma parte de la evolución. La respuesta es afirmativa. En los animales
sociales el grupo es más importante que el individuo. Un grupo “altruista”
transmite mejor su patrimonio genético que aquel que no lo es. Si un individuo
adoptara comportamientos contra el grupo, este puede debilitarse, pero el
individuo queda aislado y perecerá sin descendencia.
Las agrupaciones
pueden ser abiertas o cerradas. La primera, permite que
otros individuos ajenos al grupo entren y lo compartan. En la segunda los
extraños no son aceptados. Esto indica que los individuos se conocen entre sí.
En muchos peces, aves y mamíferos que viven en parejas, los hijos reciben
cuidados de ambos progenitores. Los hijos al emanciparse pueden abandonar el
grupo. Los descendientes van formando
agrupaciones familiares que se convierten en tribus en las que se unen varias
generaciones donde los individuos pueden reconocerse por una señal. Las ratas
se marcan con la orina.
La unión en grupo
reporta varias ventajas. El altruismo es perfectamente
comprensible. La ayuda mutua puede conducir a que el individuo se sacrifique
por el grupo, pero también es una condición para la supervivencia individual. Entre
los vertebrados el comportamiento asistencial es reciente. Sin embargo, tal
comportamiento se observa ya en algunos peces. La mayoría de las aves y de los mamíferos
se apoyan unos en otros y se acogen con toda una serie de tiernos
comportamientos.
Con la
cooperación y el altruismo, vertebrados e insectos han logrado una organización
superior, adelanto de la sociedad humana.
LA AGRESIÓN VISTA POR LA ETOLOGÍA
Ya ha quedado dicho que el hombre es por naturaleza sociable. Sin embargo,
también hay que reconocer una tendencia a la intolerancia, según
Eibl-Eibesfeldt. (Pero, de dónde procede esa intolerancia es lo que hay
que dilucidar, digo yo. ¿Cuál es su raíz?)
Hay una agresión intraespecífica ejercida sobre individuos de la
misma especie, y otra interespecífica contra individuos de otra especie.
Son cosas muy distintas. Esta última no
se va a ver aquí. Se ha conseguido criar en buena convivencia gatos y ratones.
Dart intentó explicar la agresividad del hombre por el modo predador de sus
antecesores australopitecos. Sin embargo, el modo de vida predador no es
premisa de la evolución que condujo a la agresión. La agresión debe tener una misión
específica que cumplir, aparte de otras manifestaciones secundarias. Howard
demostró que muchas aves demarcan su territorio y lo defienden. –Lo que es lógico- Esto es necesario tanto para su
alimentación como para su descendencia. Otra ventaja del comportamiento
agresivo entre rivales machos se debe a la selección del más preparado para sus
descendientes.
Diferentes especies animales realizan “torneos” y luchas entre ellos. ¿No pueden ser estas luchas como un juego que sirve de
entrenamiento para la defensa, o la caza? Se habla también de procesos
fisiológicos de acumulación de la excitación. ¿No forman estos procesos la lógica de la vida en base
a la tensión y la distensión, la carga y la descarga, el descanso y la
actividad? ¿No puede ser el juego como lucha esa descarga de tensión a la vez
que entrenamiento? Por otra parte, hay
comportamientos que en una época de la evolución fueron necesarios, pero
después pierden ese carácter quedando convertidos en rituales.
La agresión en el hombre.
Las opiniones están muy divididas respecto a la naturaleza de la agresión
humana. Helmuth niega que la agresión sea un fenómeno universal. Entre
los esquimales, indios zuni y bosquimanos no se dan agresiones colectivas, sin embargo,
si se dan de una forma particular. Entre los arapesh, según cuenta Margaret
Mead, la agresión entre los niños está controlada y desviada por los
mayores. Hay diferencias culturales en la agresión. Parece ser que en casi
todos los pueblos primitivos, -a excepción de los trobiandenses, descritos por Malinowski
existen actitudes, comportamientos y rituales agresivos que pueden ser
considerados culturales.
Lo que parecen mostrar estos datos es que en todas las
culturas humanas conocidas se ejerce la frustración de algunas necesidades o
impulsos naturales mediante normas, leyes o castigos.
Basándose en el hecho de que la agresión se desencadena cuando se impide
la satisfacción de una necesidad básica Dollard y colaboradores han
comprobado esto mediante muchos experimentos. Lorenz, al contrario,
sostiene que es la educación demasiado tolerante la que produce personas
agresivas. ¿No puede ser
que se hable de cosas distintas? La educación siempre
producirá alguna frustración, se dice, no puede satisfacer todas las
necesidades.
Podría objetarse también que sería el modo en que se canalizan
estas necesidades, la forma de no producir frustraciones. Un modo en que el
niño vaya entendiendo y aceptando las normas de la convivencia. La satisfacción
de las necesidades elementales no debe estar reñida con la confidencialidad.
Los caprichos y la falta de respeto a los demás no tienen nada que ver con esas
satisfacciones. La educación debe ser una guía, que muestra referencias claras
para la convivencia. La educación permisiva que no da referencias claras es la
que produce frustraciones, porque tampoco ofrece la satisfacción de las
necesidades básicas que son el hacerse a sí mismo en interrelación con los
demás.
RAIZ BIOLOGICA DE LAS NORMAS ETICAS. LO CONTRARIO DE LA AGRESION
Raro es el
biólogo que considera a la naturaleza indiferente a los valores. Las pulsiones vinculadoras han sido la causa de la tremenda
diferenciación de nuestro comportamiento social. El desarrollo de la
civilización está basado en la cooperación y el apoyo mutuo.
Con la facultad de amar, los vertebrados superiores se alzaron por encima
de la agresión y llegaron a un nivel evolutivo superior. El biólogo
puede considerar la libertad individual, un valor superior.
La imploración y
la facultad innata de compadecerse son adaptaciones de origen filogenético. En
los animales se han visto diversas formas de manifestar la ternura. La alimentación mutua, el frotamiento del hocico, las lamidas, el
espulgamiento, el cuidado corporal… producen
efectos calmantes y vinculadores.
La fusión de un grupo de animales para formar una asociación no solo
presupone la existencia de pautas comportamentales vinculadoras y
conciliadoras sino también el impulso de emplear esos medios, y de un modo
general la apetencia de sus componentes por buscar y conservar la proximidad de
sus congéneres. La búsqueda de protección es uno de los principales motivos
de la unión con los congéneres. Los vertebrados superiores buscan ante todo
refugio en su madre. Posteriormente puede buscar protección en un animal de
jerarquía superior. Entre los papiones, si no encuentran a nadie que les acoja,
dos pequeños o adultos huyen juntos y se abrazan entre sí. Si es uno solo se
abraza a sí mismo. El efecto tranquilizante de la madre se puede conseguir con
simulacros.
El semejante
ofrece protección, esta es una de las raíces de la tendencia a buscar el
contacto corporal. Ante una motivación de
temor los miembros del grupo se vinculan más.
El apego del
niño hacia la madre debió originarse así. Es de origen instintivo y
se desmarca de la alimentación. El apego de la madre hacia al niño se genera
por un instinto de cuidado maternal, desencadenado hormonalmente. Los pequeños
emiten señales que provocan en la madre la actitud solícita. Entre los
mamíferos estas señales son distintas: olfativas, acústicas, ópticas,
gestuales. La vinculación de la madre al hijo está a veces tan marcada que
las crías son reconocidas individualmente.
La pulsión
sexual produce una fuerte
motivación para la búsqueda de contacto. Cosa sorprendente, este tipo de
vinculación es más excepcional de lo que cabría esperar. Una vinculación
duradera por este motivo solo es cierta en el hombre y en algunos simios. Es
de formación secundaria y apareció para fortalecer la consolidación del vínculo.
Entre las raíces de la sociabilidad están el instinto de huida,
-para unirse a un congénere pues junto a él se halla la seguridad-, y el
cuidado de la prole, -porque liga a padres con hijos y consolida el vínculo
entre adultos-.
Solo los animales que cuidan de
su prole forman agrupaciones exclusivas. Solo ellos pueden formar
vínculos superadores de la agresión. Y todos lo hacen mediante
comportamientos originados en la esfera del cuidado de la prole.
La “solidaridad de combate” se desarrolla en relación con la
defensa de los hijos y de la familia. El instinto sexual raramente es utilizado
para vincular. Aunque sea uno de los impulsos más antiguos sorprende que no sea
el que provoca la formación de relaciones individuales duraderas.
En el ser humano el amor no
radica en la sexualidad, pero se sirve de ella secundariamente para ser
fortalecido.
¿QUÉ ES LO QUE LIGA A LAS PERSONAS?
El beso en los labios y con la lengua son actividades alimentarias
derivadas. La alimentación boca a boca se usa en muchas culturas. La estrecha
relación entre el beso y la alimentación se ve claramente en la usanza húngara. Se dan movimientos de entrega
–beso lingual- y de toma –succión-
El beso está muy difundido en sus diversas formas. Regalos
comestibles-función vinculadora. El comer en compañía. El beso y el regalo
son las formas más ritualizadas de la alimentación. Todo el complejo de actividades
de cuidado corporal sirve en el hombre de forma no ritualizada para conservar
las relaciones amistosas. Este comportamiento también sirve de preludio
amoroso. El abrazo: gesto de consolación y de tranquilización.
Actitud protectora ritualizada de la madre.
Evolución filogenética que transformó el pecho femenino en ritual. Bowlby:
tomar los pezones en la boca y mamar son dos funciones distintas, una de alimentación
y otra de vinculación. Muchas pautas de comportamiento que consideramos
típicamente sexuales como besar y acariciar son por su origen actividades de
cuidado de la prole. Los cuidados también hallan expresión verbal. La
conversación es una forma de vinculación, de saber que están contigo - de estar
con el otro.
El vínculo
sexual
Freud hacía proceder de
las relaciones sexuales todas las relaciones sociales del hombre. De lo dicho
en este libro podría deducirse que esta afirmación no es acertada. Es cierto
que en los humanos el comportamiento sexual desempeña un papel extraordinario
como vínculo, pero no exclusivo y menos aún del que deriven todas las formas de
relación social.
SOLIDARIDAD EN
EL COMBATE
El
peligro siempre ha reforzado la unión entre los grupos. La defensa o la agresión en común crean un vínculo
extraordinario. Los grupos se unifican con
los juegos de combate ritualizados –futbol y semejantes-. Los símbolos
que mantienen la cohesión suelen ser de naturaleza agresiva –animales
heráldicos: león, gallo, oso, lobo, águila…, así como monumentos a la victoria,
o a la liberación de naciones jóvenes, a menudo asociados a defensa de los
hijos, madre, padre u otros semejantes. El simbolismo agresivo también tiene un
papel importante en el comportamiento humano de salutación. Junto al
saludo de amenaza, demostración de fuerza. Para vincular a un grupo por la
agresión suelen utilizarse chivos expiatorios. La cohesión del grupo mediante
la agresión es peligrosa a causa de los fuertes compromisos emocionales. El
ideal es semejante al hijo. Es peligroso que nos aliemos con otros para agredir
a nuestros semejantes.
LA VINCULACIÓN
POR EL MIEDO
El miedo vincula de dos modos:
al provocar la huida del uno hacia el otro y al desencadenar la agresión
colectiva. Es la más antigua entre los
vertebrados. El temor ha sido siempre una gran fuerza cohesiva utilizada y
fomentada por políticos y religiosos –temor al enemigo, al caos. Porque el
orden nos da orientación y seguridad. Significa orientación en el tiempo y en
el espacio. Y también proporciona seguridad al poder predecir lo que los demás
harán y lo que debemos hacer.
La necesidad motivada por el miedo de un conocimiento seguro conduce a
formas extremas de sometimiento. En la religión desempeña un importante
papel. Es una estrategia de la tiranía. Igual que el perro castigado se echa
gimiendo a los pies del amo y le lame la mano que empuña el látigo, así los
hombres se someten al cruel dominador y le obedecen.
MAS DETALLES
SOBRE LOS RITOS VINCULADORES -- EL SALUDO
Una clave para
comprender las variadísimas formas del saludo es su función vinculadora. Otra
clave reside en el conocimiento del proceso de la ritualización filogenética y
el reconocimiento de que la mayoría de los ritos vinculadores proceden del
ámbito de los cuidados de la prole. En todas
partes la misión del saludo es crear un vínculo. Otra función es la
conciliación.
EL DESARROLLO
DEL VINCULO PERSONAL Y DE LA CONFIANZA PRIMORDIAL
Basado en los trabajos de Spitz. - Está por probar hasta qué punto son irreversibles los daños por la
carencia afectiva temprana. Pero sí está comprobado que la ausencia de
posibilidades de vinculación individualizada con otra persona en la más tierna
infancia causa en el comportamiento social daños resistentes a la terapia.
Esto concuerda con los resultados obtenidos por Harlow con los macacos.
Si se crían hembras aisladas con muñecos como simulacros maternales, esas
hembras son después malas madres. Maltratan a los pequeños y se les dejan
quitar sin oponer resistencia. El comportamiento social posterior es
trastornado por la experiencia de la temprana edad.
Bowlby ha observado las consecuencias de la separación entre madre e hijo en
niños de 15 a 30 meses ingresados en orfanatos. La pérdida de la madre conduce
a fenómenos semejantes a los registrados por Spitz. El niño separado
empieza por protestar. Grita, se tira por el suelo, se revuelca en la cuna, y
rechaza a las personas desconocidas que se le acercan amistosamente. La fase de
protesta puede durar una semana, a la que le sigue una fase de desesperación.
Las protestas activas se resuelven en monótono llanto. El niño se muestra
retraído e inactivo, y no se dirige a las personas que le rodean. Da la
impresión de hallarse en una situación profundamente triste. Esta etapa
relativamente tranquila, suele interpretarse erróneamente como que el niño se
ha calmado al haber cedido la desesperación. A esta fase sigue finalmente la
del desprendimiento. El niño ya no rechaza a los cuidadores. Se vuelve a la
madre y ya no la saluda como antes. Es frecuente que no le haga ningún caso. Si
el niño permanece durante mucho tiempo en el orfanato sufriendo frecuentes
cambios en sus cuidadores acaba conduciéndose como si para él no tuvieran
ninguna importancia los cuidadores ni ningún otro contacto humano. La repetida
pérdida de la figura materna hace que el niño no se vincule emocionalmente a
ningún ser humano. Se vuelve egoísta y se interesa principalmente por las cosas
materiales. Su sociabilidad es superficial. El niño no parece desear nada de
nadie.
Se troquela así una
actitud abierta que permite el establecimiento de contactos personales pero éstos
no son profundos y se deshacen tan fácilmente como se establecen. Para que del
afecto nazca la confianza son necesarias ciertas experiencias sociales que
el niño tiene con su madre. Si el niño no puede tener la relación personal
prevista en el programa de desarrollo con su madre, se produce el síndrome
del abandono con sus correspondientes trastornos en el desarrollo.
Normalmente el niño aprende en el trato con la madre que siempre hay alguien
ahí, que está solícitamente cuidado, y que sus necesidades sociales
están tan cubiertas como las materiales. Aprende como actitud fundamental
el enfoque positivo de que uno puede fiarse de sus semejantes, confianza
primordial y original.
Esta confianza original es el pilar básico de una
personalidad sana. Esperamos de nuestros
semejantes fundamentalmente, lo bueno. Esa confianza original es la premisa
de todo enfoque positivo de la sociedad. De toda capacidad de
identificación con una colectividad, de todo compromiso social. La capacidad de
amar a nuestros semejantes presupone la capacidad de contraer amistad. –Los
niños que crecen sin amor estarán de adultos llenos de odio –Spitz-.
La actitud
básica de estos desdichados no es una confianza original sino una desconfianza
original.
DE LA AGRUPACION
INDIVIDUALIZADA A LA COLECTIVIDAD ANÓNIMA.
La relación madre hijo es el núcleo
de cristalización de la sociedad humana. Durante su crecimiento el
niño va ampliando y anudando relaciones con hermanos, parientes y amigos. El
grado de confianza está determinado por el grado de conocimiento. Los
desconocidos causan miedo al niño que vive en un núcleo individualizado. Si el
pueblo es pequeño y aislado no se sale de ahí en lo esencial. Se conocen todos
y los desconocidos son rechazados.
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