PENSAMIENTO ORIENTAL
Joaquín Benito Vallejo
Dentro de la
tradición oriental, en sus diversas corrientes de las que destacamos el budismo
y el taoísmo, hay una línea general de pensamiento. Actualmente, dentro de la teoría sistémica
occidental, donde se engloba el pensamiento complejo, y la física moderna,
conocida como física cuántica, presenta muchos paralelismos con el misticismo
oriental. (Capra, Morin)
En síntesis, según
el pensamiento oriental, todo lo que ocurre en el universo es la
manifestación de su campo de energía, esta se la puede ver también como el
aliento o fuerza vital. Las
manifestaciones de la energía pueden ser diversas y aparentemente contrarias.
La energía está
siempre fluyendo. Puede manifestarse como
materia y como no materia, abarca lo material y lo inmaterial, lo que
está estático y lo que se mueve. Como permanencia y trasformación. Por formas antagónicas y complementarias
como el yin y el yang, lo masculino y lo femenino, el arriba y el abajo, el
cielo y la tierra, la luz y la oscuridad, lo activo y lo pasivo, la tensión y
la distensión, el dar y el recibir, lo racional y lo intuitivo, las dos caras
de la misma moneda.
Todo depende del
equilibrio -incluida la vida-, o lo que es lo mismo de la relación armónica
de los contrarios o antagonistas.
Los contrarios
se alternan en su función, son causa y efecto uno del otro. Todo
forma una unidad y todo se relaciona.
Los seres humanos igual que todos los seres vivos y su entorno o naturaleza forman parte de esa unidad universal y de sus interrelaciones.
Los seres humanos igual que todos los seres vivos y su entorno o naturaleza forman parte de esa unidad universal y de sus interrelaciones.
Uno de los
principios fundamentales del ser humano –y de todos los seres vivos- es estar
en conexión con el entorno viviendo en armonía con la naturaleza. El ser es
abierto y cerrado a la vez, tiene centro y periferia.
Ha de estar en sí mismo y en el entorno, en conexión y en armonía.
El foco de
atención es descubrir cómo mantener la armonía dentro del cuerpo y con el mundo
exterior. El ser ha de adaptarse continuamente a los cambios que se suceden
dentro y fuera.
La tradición
oriental describe el mundo en términos de energía. Todo es la manifestación de
esa energía, aliento o fuerza vital del universo, llamada en Japón Ki, en China
Chi y en India Prana.
El universo es
un campo de energía. Todo lo que sucede en el universo son manifestaciones de su
energía. Todo lo que hay en el universo se relaciona. Los seres humanos son
parte de su entorno y dependen de él.
El principio
fundamental de la medicina oriental es vivir en armonía con la naturaleza. El
foco de atención es descubrir cómo mantener la armonía dentro del cuerpo y con
el mundo exterior.
Para estar sana,
una persona debe adaptarse continuamente a los cambios que se suceden tanto
dentro como fuera del cuerpo.
La enfermedad se manifiesta como una desarmonía en el interior del organismo.
La energía vital llamada Ki, sustancia primordial del universo, la materia y la energía, sustancia sin forma fluye por todo el cuerpo.
La enfermedad se manifiesta como una desarmonía en el interior del organismo.
La energía vital llamada Ki, sustancia primordial del universo, la materia y la energía, sustancia sin forma fluye por todo el cuerpo.
El Ki puede que
exista como materia y como no materia, pero se puede entender más como
transformación y cambio.
Cada cosa se
diferencia de las demás por su Ki. Abarca lo material y lo inmaterial. Las
formas de manifestación del Ki son el yin y el yang, dos formas antagónicas y
complementarias. Las dos caras de la
misma moneda, la luz y la oscuridad, la firmeza y la blandura, el arriba y el
abajo.
La materia es
una forma condensada, más yin. El yin representa la estabilidad, lo pasivo, lo
femenino, la quietud, el reposo, la tierra, la receptividad, la intuición, etc.
Mientras que el
yang es el movimiento, lo activo, lo masculino, el cielo, el tiempo, lo
racional, etc.
Toda la vida depende de la interacción armoniosa de esos dos elementos. Las cualidades opuestas del yin y el yang se ven como complementarias. Ambas crean y se controlan mutuamente. Nada es enteramente yin o yang. Cada uno contiene la simiente del otro. Y ambos se transmutan. –El agua es yin, el vapor yang, el hielo yin.
Toda la vida depende de la interacción armoniosa de esos dos elementos. Las cualidades opuestas del yin y el yang se ven como complementarias. Ambas crean y se controlan mutuamente. Nada es enteramente yin o yang. Cada uno contiene la simiente del otro. Y ambos se transmutan. –El agua es yin, el vapor yang, el hielo yin.
El Ki se
manifiesta tanto en la transformación como en la sustancia. La materia y sus
estados cambiantes se caracterizan por su Ki. El cuerpo depende del Ki, sangre
y otras sustancias que cambian, fluyen y circulan, por tanto, son más yang que
los elementos estructurales del cuerpo como los huesos. Pero siempre el yin y
el yang actúan juntos puesto que son las dos caras de la misma moneda.
El Ki circula
por canales llamados meridianos sin forma material. El Ki no posee estructura
física, es por consiguiente relativamente yang, es el poder transformador de
los órganos internos y se asocia con la actividad y la protección.
El cuerpo vivo
tiene forma, estructura, peso. Estas son cualidades yin. Es activo, cálido,
sensible al entorno, cualidades yang. La parte anterior y los lados internos
protegidos son yin, la espalda es yang. La piel y los músculos son yang. Los
huesos, órganos y tejidos son yin.
Esta filosofía oriental se
emparenta en muchos aspectos con la física cuántica actual y con el pensamiento
sistémico. (Teoría de sistemas). Por otra parte, autores como W. Reich, habló
del orgón como la energía cósmica que regía todo el universo y de la cual los
seres humanos formamos parte.
Nosotros hablamos de tono,
basándonos en los estudios de H. Wallon, para referirnos a la energía vital del
organismo que rige toda la actividad tanto física como mental. Tanto la teoría de Reich como la de Wallon se relacionan, y estas a su
vez con el pensamiento oriental.
La física cuántica nos habla de la
materia y de la energía como dos conceptos en uno.
La teoría de la relatividad demostró que la masa no tiene nada que ver con ninguna otra sustancia, sino que es una forma de energía.
La energía es una cantidad dinámica asociada con la actividad o con los procesos. La masa es equivalente a una cierta cantidad de energía, lo que significa que la partícula no puede considerarse un objeto estático, sino como un patrón dinámico, un proceso que implica a la energía que se manifiesta en sí misma como masa de la partícula.
La teoría de la relatividad demostró que la masa no tiene nada que ver con ninguna otra sustancia, sino que es una forma de energía.
La energía es una cantidad dinámica asociada con la actividad o con los procesos. La masa es equivalente a una cierta cantidad de energía, lo que significa que la partícula no puede considerarse un objeto estático, sino como un patrón dinámico, un proceso que implica a la energía que se manifiesta en sí misma como masa de la partícula.
Los experimentos han mostrado que
la naturaleza del mundo de la partícula.es dinámica y cambiante La materia ha
aparecido como completamente mutante. Todas las partículas pueden ser
transmutadas en otras partículas. Los conceptos clásicos de “partícula
elemental”, “sustancia material” u “objeto aislado” han perdido su significado;
todo el universo aparece como una telaraña
dinámica de patrones de energía inseparables.
Aunque todavía no se ha llegado a un modelo explicativo todos reflejan la unidad básica y el carácter dinámico intrínseco de la materia.
Aunque todavía no se ha llegado a un modelo explicativo todos reflejan la unidad básica y el carácter dinámico intrínseco de la materia.
Las propiedades de una partícula solo pueden entenderse en
términos de su actividad e interacción con el entorno, no puede considerarse
una entidad aislada, sino como parte integrante del conjunto.
El universo se experimenta como un conjunto dinámico inseparable. Los conceptos clásicos de espacio-tiempo, objetos aislados, causa-efecto pierden su significado.
El universo se experimenta como un conjunto dinámico inseparable. Los conceptos clásicos de espacio-tiempo, objetos aislados, causa-efecto pierden su significado.
NUESTRA cultura
occidental ha favorecido los valores yang o masculinos descuidando sus
contrapartidas ying o femeninas.
Hemos favorecido la autoafirmación sobre la integración; el análisis sobre la síntesis; el conocimiento racional sobre la sabiduría intuitiva; la competición sobre la cooperación; etc.
Hemos favorecido la autoafirmación sobre la integración; el análisis sobre la síntesis; el conocimiento racional sobre la sabiduría intuitiva; la competición sobre la cooperación; etc.
Las raíces de la física se hallan al principio de la filosofía griega siglo VI antes de cristo cuando la ciencia, la filosofía y la religión no estaban separadas.
Su propósito era descubrir la naturaleza esencial de las cosas que llamaban “phisis” término que significa “naturaleza esencial”.
Eran llamados “hylozoistas” los que creían que la materia está viva, porque no veían diferencia entre lo animado y lo inanimado, espíritu o materia. Veían todas las cosas como manifestaciones de la físis dotada de vida y espiritualidad.
Anaximandro veía el universo como una especie de organismo dotado de un pneuma o aliento cósmico de modo similar al cuerpo humano sustentado por el aire.
Esta filosofía monista y orgánica estaba muy cerca del
pensamiento oriental. Heráclito creía en un mundo en
perpetuo cambio. Para él, todo ser estático estaba basado en un engaño. Su
principio universal era el fuego, símbolo del flujo continuo. Heráclito enseñó que todos los cambios
del mundo se producen por la interacción dinámica y cíclica de antagonismos y veía cualquier par de antagonismos como una
unidad.
Como contraste
al concepto mecánico occidental, el concepto oriental del mundo es orgánico.
Todas las cosas y sucesos percibidos por los sentidos están interrelacionados, conectados, son diferentes manifestaciones y aspectos de la misma realidad.
Todas las escuelas orientales enfatizan la unidad básica del universo.
El concepto oriental del mundo es intrínsecamente dinámico.
El cosmos es considerado como una realidad inseparable, siempre en movimiento, vivo, orgánico, espiritual y material al mismo tiempo.
El movimiento y el cambio son propiedad de todas las cosas, no están fuera de los objetos sino en la propiedad intrínseca de la materia.
Todas las cosas y sucesos percibidos por los sentidos están interrelacionados, conectados, son diferentes manifestaciones y aspectos de la misma realidad.
Todas las escuelas orientales enfatizan la unidad básica del universo.
El concepto oriental del mundo es intrínsecamente dinámico.
El cosmos es considerado como una realidad inseparable, siempre en movimiento, vivo, orgánico, espiritual y material al mismo tiempo.
El movimiento y el cambio son propiedad de todas las cosas, no están fuera de los objetos sino en la propiedad intrínseca de la materia.
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