EL YO-PIEL "Didier Ancieu"

EL YO-PIEL   
-Didier Anzieu-
Ed. Biblioteca Nueva. Madrid 1987

(Anotaciones y extractos realizadas por:
Joaquín Benito Vallejo.
Madrid, Septiembre, 2004)



Síntesis
El Yo-piel como representación psíquica emerge, tanto de las funciones orgánicas de la piel, como de la interacción con el entorno, cuyo exponente fundamental corre sobre el papel materno.
Palabras clave
Piel, tacto, psiquismo, apego, afecto, contacto corporal, holding, handling.

PRELIMINARES EPISTEMOLÓGICOS

Algunos principios generales
Pongamos la atención en la piel, contemplándola por un lado, (1)  como algo originario de orden orgánico e imaginario a la vez. Y por otro lado veámosla, (2) como un sistema de protección de nuestra individualidad, al mismo tiempo que como (3) primer instrumento y lugar de intercambio con los demás.
Según esto, D. Anzieu pretende hacer emerger otro modelo, con base biológica asegurada, donde la interacción con el entorno encuentra sus cimientos, y  respeta la especificidad de los fenómenos psíquicos en relación con las realidades orgánicas y con los hechos sociales.

El funcionamiento psíquico tiene sus propias leyes. Una parte de él pretende la independencia, aunque desde su origen es doblemente dependiente: por un lado, del funcionamiento del organismo que le sirve de soporte; y por otro, de los estímulos, creencias, normas, representaciones, etc., que emanan de los grupos de los que forman parte (familia, medio cultural)
El psiquismo tiene pues, un doble apoyo: orgánico y social. A la vez, estos deben tener un apoyo constante en el psiquismo individual.

La idea del YO-piel de Anzieu es intencionalmente, antes que un concepto, una vasta metáfora.

Toda investigación se inscribe en un contexto personal y se sitúa en un contexto social.

Es necesario poner límites en muchos ámbitos (p.18), lo que es similar a tener referencias “éticas”. 

La sociedad actual competitiva, capitalista y consumista pretende acabar con los límites: a la expansión demográfica; a la carrera de armamentos; al crecimiento económico; al consumismo insaciable; al distanciamiento progresivo entre países ricos y pobres; al gigantismo de los proyectos científicos; a la invasión de la esfera privada por los medios de comunicación de masas; a la obligación de batir records; a ir siempre más rápido, más lejos, a lo más caro; a la violencia; a la contaminación del aire, del agua y de la tierra; al despilfarro de energía; a la liberación de las leyes morales; a la hipersexualización de la infancia y adolescencia; a la utilización del cuerpo de la mujer como objeto de consumo; a la falta de referencias;

 Muchos enfermos mentales sufren de una falta de límites: -y también muchas personas consideradas normales- entre el Yo psíquico y el Yo corporal; entre el Yo real y el Yo ideal; entre la responsabilidad personal y la de los otros; produciéndose la indiferenciación de diversos aspectos de la personalidad y la confusión entre las experiencias.
Una civilización que cultiva ambiciones desmesuradas, que incita a la abolición de los límites, que expone al niño al peso sobre él del inconsciente de los padres…, es una cultura que favorece la inmadurez y suscita una proliferación de los trastornos psíquicos límite. Es urgente, psicológica y socialmente, reconstruir ciertos límites, reconocer los territorios habitables y vivibles.
 
Universo táctil y cutáneo
Desde antes del nacimiento ya, las sensaciones cutáneas nos introducen en un universo rico y complejo despertando la percepción y la conciencia, lo que produce un sentimiento global de existencia y de un espacio psíquico originario.
Todo órgano vivo tiene una piel, (sinónimo de membrana, corteza, caparazón, envoltura, película, red, himen, manto…)  La lista de sinónimos es amplísima.
Por su estructura y función la piel configura un conjunto de órganos diferentes. Su complejidad anatómica, fisiológica y cultural  anticipa la complejidad del Yo.

·     Es el más vital de todos los órganos de los sentidos. Se puede vivir sin cualquiera de ellos menos sin la piel.
· Tiene el 20% del peso total del cuerpo en el recién nacido, 2500 cm2 de superficie.
· Aparece en el embrión con anterioridad a los demás sistemas sensoriales. (cuánto más precoz es una función más fundamental es)
· Dispone de 50 receptores por cada 100 milímetros cuadrados.
· Es un sistema constituido por varios órganos: tocar, presionar, dolor, calor…; está en estrecha relación con los demás órganos externos, oído, vista, olfato, gusto y con las sensibilidades kinestésica y laberíntica.
· Transforma al organismo en un sistema sensible capaz de experimentar otros tipos de sensaciones (función de iniciativa); de relacionarlas con sensaciones cutáneas (función asociativa); o de diferenciarlas y localizarlas como figuras que emergen sobre el fondo de una superficie corporal global (función de pantalla).
· La piel reacciona a estímulos de naturaleza diferente (p.26) No se puede cerrar a los sentidos como la vista o el oído, por ejemplo.
· No es solamente órgano de los sentidos. Realiza papeles anexos de otras funciones: respira, transpira, segrega, elimina, mantiene el tono, estimula la respiración, la circulación, la digestión, la excreción, y por supuesto actúa sobre la reproducción, participa en la función metabólica.
· Cumple otros papeles: sostenimiento del cuerpo en torno al esqueleto y su verticalidad, protege por su capa córnea, por su almohadilla de grasa.

En los mamíferos y en los insectívoros, la piel cumple la misma función que el plumaje o las escamas, además de poseer cualidades térmicas, táctiles y olfativas, que hacen de ella el soporte anatómico de la función de agarre o de apego y la convierte en una zona erógena favorita de la pulsión sexual en los humanos.
¿Está en principio, esa función indiferenciada? ¿Está además reprimida por nuestra educación católica, sobre todo?
La piel del ser humano presenta variaciones según la edad, el sexo, la etnia, la historia personal…: pigmentación, pliegues, arrugas, surcos, poros, vello, espinillas, lunares, granulado, textura, humedad, olor…
El análisis histológico nos nuestra una complejidad enorme, con diferentes capas entretejidas, de diferentes estructuras y cumpliendo funciones diferentes:


a) Epidermis superficial o capa córnea que sirve de protección;
b) Epidermis subyacente o cuerpo mucoso.
c) Dermis superficial de abundantes papilas ricamente vascularizadas regeneradora de las heridas y protección del envejecimiento.
d) Dermis o corión, tejido de sostén, resistente y elástico.
e) Hipodermis, aislante en estructura de esponja.



Según su psicofisiología proporciona muchos ejemplos de funcionamiento paradójico.
Por un lado, mantiene el equilibrio interno contra las perturbaciones exógenas pero conserva las marcas de esas perturbaciones.
Es permeable a la vez que impermeable. Superficial y profunda. Verídica y engañosa. Sede del bienestar y de la seducción. Proporciona tanto dolores como placeres. Es sólida y frágil. Transmite al cerebro las informaciones provenientes del mundo exterior. Sus células se regeneran mientras que las del cerebro no.

Según Montagu: (El sentido del tacto), pone en evidencia tres fenómenos:

· La influencia precoz y prolongada de las estimulaciones táctiles en el funcionamiento y el desarrollo del organismo.
· Los efectos de los intercambios táctiles sobre el desarrollo sexual.
· El abanico de actitudes culturales hacia la epidermis y el tacto.

En el psicoanálisis: (La piel ha interesado poco a los psicoanalistas)

(Un artículo B.B. Biven –El papel de la piel en el desarrollo normal y “anormal”-, con unas referencias a la escritora Sylvia Plath, suicidada a los 31 años, en la que el tema de la piel domina su obra, enumera gran cantidad de datos).                                                                                                 
·         La piel proporciona un núcleo fantasmático a quienes han sufrido privaciones precoces.

·      La incorporación del objeto por la piel es quizá anterior a su absorción por la boca.
· La proyección de la piel sobre el objeto es un proceso corriente.
· Personas sordas y ciegas (H. Séller, L. Bridman) aisladas del mundo aprendieron a comunicarse por la piel.
·         Las auto-mutilaciones de la piel, reales o imaginarias,  son tentativas dramáticas para mantener los límites del cuerpo.


CUATRO SERIES DE DATOS

Datos etológicos.
Bowlby, a través  de las obras de los etólogos Lorenz y Timbergen conoció el fenómeno de la “huella”: 
en la mayor parte de los pájaros y algunos mamíferos, los pequeños están marcados genéticamente para mantener la proximidad con un individuo en particular, generalmente la madre, pero la experimentación demuestra que puede ser otro sustituto, madre de otra especie o incluso un objeto que tenga unas peculiaridades. 
El pequeño está al lado de esta madre, la sigue o la busca con desconsuelo cuando no está. 
Este desconsuelo es análogo a la angustia de separación de la madre en la cría humana y desaparece con el restablecimiento del contacto.
Hermanm – pulsión de agarre / reflejo de prensión - Las crías de los mamíferos se aferran a los pelos de su madre para encontrar una doble seguridad  física y psíquica. 
La catástrofe que atormentará el psiquismo naciente del bebé sería la del des enganchamiento, su aparición le sumerge en un terror inclasificable.
Es necesario introducir nuevas categorías. La de los casos límite son los más corrientes. Se puede considerar que se trata de pacientes que han experimentado alternancias contradictorias, precoces y repetidas:  enganchamientos excesivos y des enganchamientos bruscos  e impredecibles. Por ello no están seguros de lo que sienten.
Bowlby - La pulsión de apego es independiente de la oral y de la sexual. Distingue 5 variables en la relación madre-niño. La succión, el abrazo, el grito, la sonrisa  y la compañía.
Los etólogos por su parte, llegan a una hipótesis análoga. Harlow:  (The nature of the love)  La madre “pelage” es  siempre preferida a la madre “alambre”.
El bienestar proporcionado por el contacto es más importante. A ello se une el balanceo, siendo el calor el factor  más determinante.


Bowlby. La conducta no se define a nivel de resolución de tensiones. 

La vinculación actúa como una  forma de homeostasis.

Winnicott. Los fenómenos transicionales que ha descrito entre el niño y la madre podrían ser entendidos como efectos del apego. Relaciona el trastorno mental con la carencia materna: 
Si la carencia sobreviene antes de que el bebé se haya convertido en persona, provoca la esquizofrenia, los trastornos mentales no orgánicos y la predisposición a trastornos clínicos.

En un ser evolucionado produce predisposición a trastornos afectivos y a tendencias antisociales. 
Si sobreviene cuando el niño quiere conquistar su independencia, provoca dependencia patológica, oposición y crisis de cólera.
Hay necesidades corporales y psíquicas del lactante que persisten en el adulto: La insuficiencia del entorno para cubrir estas necesidades producen trastornos en la diferenciación del YO. El exceso de respuesta prepara un hiperdesarrollo intelectual y defensivo.


Inventario de los hechos establecidos en lo referente a la etiología:


1. La búsqueda del contacto corporal entre madre e hijo es un factor esencial del desarrollo afectivo, cognitivo y social.
2. Es un factor independiente del don de la alimentación.
3. La privación de la madre o de su sustituto conlleva perturbaciones en todos los aspectos, que pueden ser irreversibles. 
4. Los trastornos del comportamiento se pueden prevenir en gran parte si el bebé mono privado de su madre esta en contacto de sus congéneres también privados de sus madres. El grupo de compañeros es un sustituto materno.
5. A la edad conveniente el bebé se separa de la madre y explora el entorno. Una vez establecida la confianza en el entorno la separación definitiva de la madre tiene lugar bien sea por parte de la madre o del niño.
6. El acceso a la vida sexual (en los monos) se realiza en 3 etapas. 1ª: experiencia de apego no sexual con la madre. 2ª: Práctica con el grupo de compañeros, manipulaciones, etc., 3ª: En general la madre no es objeto de manifestaciones sexuales. En los monos y en muchos mamíferos y pájaros la madre no es jamás objeto de manifestaciones sexuales por parte de sus hijos.
 
Datos grupales
Turquet refuerza la teoría de Bowlby demostrando cómo opera la pulsión de apego en los humanos: 
Búsqueda de un contacto en el sentido corporal y social del término que asegura una doble protección contra los peligros externos y contra el estado interno de desamparo, lo que hace posible los intercambios de signos en la comunicación recíproca donde cada uno se siente reconocido por el otro.
La dulzura del rostro, de la mirada, de la voz…, son un reflejo de la cualidad del contacto táctil.
Winnicott: La integración del YO en el tiempo y en el espacio depende de la forma que tiene la madre de “sostener” (holding) al lactante. 
La personalización del YO depende de la forma de “cuidarle” (handling), mientras que la instauración del yo depende de la presentación de objetos (pecho, biberón, leche…) por parte de la madre, gracias a los cuales el lactante va a poder encontrar la satisfacción a sus necesidades. 
El Yo se basa en un Yo corporal,  pero solamente cuando todo se realiza adecuadamente… 
La despersonalización ilustra la pérdida de una unión sólida entre el Yo y el cuerpo.

Datos proyectivos
Fischer y Cleveland han añadido a los tests proyectivos de Rorschach las variables de envoltura y penetración. La primera se refiere a una superficie protectora relacionada con la percepción de la frontera imaginaria del cuerpo: la segunda se relaciona con el sentimiento subjetivo de que el cuerpo puede ser penetrado. Se precisan  tres tipos de representaciones de la penetración:


1. Perforación, explosión o desollamiento (herida, fractura, desangramiento…) de una superficie corporal; 
2. Vías y modos de penetración hacia el interior o de expulsión hacia el exterior.
3. Representación de la superficie de una cosa como permeable y frágil. (inconsistente, blanda, permeable, transparente, marchita…)

Los tratamientos que movilizan el cuerpo (masajes, movimientos, etc.) pueden ayudar a liberar esas representaciones imaginarias.
Los límites de la imagen del cuerpo se adquieren durante el proceso de disfusión del niño con la madre. Se trata de un proceso simbólico de representación de un límite que tiene la función de imagen estabilizadora y envoltura protectora.

Datos dermatológicos
Las afecciones de la piel mantienen relaciones estrechas con los diversos tipos de estrés de la existencia, con las crecidas emocionales, con las fallas narcisísticas y las insuficiencias de estructuración del yo. Se agravan con las compulsiones de rascarse que las trasforman en síntomas de los que no se puede prescindir.
La intensa necesidad de dependencia es correlativa a la fragilidad de la inmadurez de la organización psíquica, así como a una insuficiencia de la diferenciación tópica, de la cohesión del  Sí-mismo y del desarrollo del Yo. Estos enfermos responden también a la patología de la pulsión de apego. A causa de la fragilidad de su Yo-piel oscilan entre una angustia de abandono, si el objeto de apego ya no está cerca y una angustia de persecución si existe demasiada proximidad.
El prurito no está relacionado solo con deseos sexuales culpabilizados, es ante todo una forma de llamar la atención sobre sí, sobre la piel, en cuanto esta no ha encontrado en la primera infancia, por parte del entorno materno, los contactos dulces, calientes, firmes, tranquilizantes  y significativos.
La comezón es la de ser comprendido por el objeto amado. La irritación de la piel se confunde por la indiferenciación somatopsíquica…,  y para intentar convertir el displacer en placer.
El eczema podría traducir una regresión al estado infantil de completa dependencia, una conversión somática de la angustia de desfondamiento psíquico. En niños menores de 2 años afirmaría la falta de un contacto tierno y envolvente de la madre.  Spitz lo duda. Puede ser una petición a la madre para que le toque o una reacción de defensa, un modo de aislamiento en que el niño se proporciona los estímulos que la madre le niega. ¿Hay afecciones que responden a la sobreestimulación y otras a la carencia? La carencia del abrazo materno sería vivida como la aplicación excesiva, prematura y violenta de la prohibición de pegarse al cuerpo del otro
La sobreestimulación sería desagradable en cuanto desbordara la seguridad del niño y peligrosa en cuanto transgrediera y pusiera en juego la prohibición del tocar.
La hipótesis más segura: la profundidad de la alteración de la piel es proporcional a la profundidad de la herida psíquica.


LA NOCION DEL YO-PIEL

Freud no limitaba la fase oral a la experiencia buco-faríngea y al placer de la succión.  Subrayó la importancia del placer consecutivo a esta repleción. (Es decir, la vivencia del espacio interno) Si la boca proporciona la primea experiencia, viva y breve, de un contacto diferenciador, de un lugar de paso e incorporación, la repleción aporta al lactante la experiencia más difusa y más duradera de una masa central de algo pleno, de un centro de gravedad.  No es sorprendente que la psicopatología contemporánea conceda cada vez más importancia al sentimiento de vacío interior de ciertos enfermos, ni que un método como el de Schulz sugiera que se sienta en primer lugar y simultáneamente en todo el cuerpo, el calor (igual al paso de la leche) y la pesadez (igual a la repleción).

Con ocasión de la lactancia y de los cuidados, el bebé realiza una tercera experiencia concomitante a las dos precedentes: se le tiene en brazos, estrechado por el cuerpo de la madre cuyo calor, olor, y movimientos siente; se siente llevado, movilizado, frotado, lavado, acariciado, y todo ello acompañado de un baño de palabras y de canturreos. Encontramos aquí las características de la pulsión de apego descritas por Bowlby y Harlow  y las que para Spitz y Balint, evocan la idea de cavidad primitiva. Estas actividades conducen progresivamente al niño a diferenciar una superficie que se compone de una cara interna y otra externa, una interfaz que permite la distinción del afuera y del adentro y volumen que le aportan la experiencia de un continente.

(En los  párrafos anteriores están contenidas algunas de los principios que la  eutonía pretende desarrollar y practicar amplia y profundamente: espacio interno; límites; volumen; temperatura; peso, tacto…)

El pecho es el vocablo utilizado por los psicoanalistas para designar la realidad completa vivida por el niño donde se mezclan 4 características que es muy fácil confundir: pecho nutricio, por una parte que llena, por otra, piel caliente y dulce al contacto, receptáculo activo y estimulante.  El pecho materno es el primer objeto mental. El mérito de M. Klein es haber demostrado que es apto para las primeras sustituciones metonímicas: pecho-boca, pecho-cavidad, pecho-heces, pecho-orina, pecho-pene, pecho-bebes rivales que despierta las catexias antagonistas de las dos pulsiones fundamentales. M. Klein sin embargo,  descuida las cualidades propias de la experiencia corporal y al insistir en las relaciones entre ciertas partes del cuerpo y sus productos (leche, esperma, excrementos…) descuida lo que une  a estas partes entre sí en un todo unificador: la piel. La superficie del cuerpo está ausente en la teoría de M. Klein.
El niño adquiere la percepción de la piel como superficie a través de  las experiencias de contacto de su cuerpo con el cuerpo de la madre y dentro del cuadro de una relación aseguradora de apego con ella.  Noción de un límite entre el interior y el exterior  /  confianza necesaria para el control de los orificios.  No se puede tener confianza sobre su funcionamiento si no tiene un sentimiento básico que garantice la integridad de su envoltura corporal. Los peligros de despersonalización están ligados a la imagen de una envoltura perforable.
La piel es la sede de las sensaciones propioceptivas cuya importancia en el desarrollo del carácter ha subrayado Wallon: es uno de los órganos reguladores del tono.
La acumulación, el desplazamiento y la descarga de tensión presuponen un Yo-piel. 
La superficie del cuerpo del bebé y del de su madre es objeto de experiencias muy importantes por su cualidad emocional para estimular la confianza, el placer y el pensamiento.
Los cuidados de la madre producen estímulos involuntarios de la piel con ocasión de los lavados, traslados, etc. El niño recibe gestos maternos, al principio como estimulación, después como comunicación. “En el masaje, la forma de tocar, es el mensaje”.
El lenguaje verbal requiere el establecimiento de la comunicación preverbal.

Que existe erotización de la piel en el desarrollo del niño es innegable. Los placeres de la piel están integrados en los preliminares de la actividad sexual. La sexualidad genital solo es posible a los que han adquirido una seguridad  básica de su propia piel.

La idea de Yo-piel
Toda actividad psíquica se apoya en una función biológica. El Yo-piel encuentra su apoyo en las diversas funciones de la piel.

· 1ª función: continente de lo bueno y lo pleno de la lactancia y los cuidados maternos;
· 2ª función: interfaz que marca el límite con el afuera, barrera que protege del exterior; 
· 3ª función: lugar primario de comunicación y de establecimiento de relaciones significantes, superficie de inscripción de las huellas que ellos dejan. Si la pulsión de apego está pronto y suficientemente satisfecha, aporta al lactante la base sobre la cual puede manifestarse el impulso integrador del Yo. El Yo-piel proporciona la posibilidad del pensamiento.


PSICOGENESIS DEL YO-PIEL

Con la finalidad de estudiar lo más sistemáticamente la diada lactante-entorno maternante, ya que no se limita al entrono de la madre biológica- , Brazelton ha puesto a punto una escala de evaluación del comportamiento del recién nacido.



(1) En los primeros días del nacimiento el niño presenta ya un esbozo del Yo tanto por las experiencias sensoriales como por el código genético. Para sobrevivir el niño necesita no solo recibir los cuidados repetidos ajustados de un entorno maternante, sino también emitir señales en relación con el entorno capaces de desencadenar estos cuidados; explorar el entorno físico en busca de los estímulos necesarios para ejercer sus potencialidades y activar el desarrollo.
(2) El bebé no es un compañero pasivo sino activo, en constante interacción con el entorno, desarrollando medios para hacerlo presente cuando lo necesita.
(3) El bebé solicita a los adultos que le rodean igual que el adulto solicita al bebé. Esto corresponde a determinismos genéticos. La solicitación mutua permite al bebé actuar sobre el entorno humano y mediante éste sobre el entorno físico.
(4) Si el entorno “maternante” no entra en este juego y no alimenta la solicitación, o si un déficit del sistema nervioso priva al bebé de tomar iniciativas o de responder a las señales, el bebé presenta reacciones de cólera o de retraimiento, pasajeras o permanentes, si aquellos persisten.
(5) Los padres, sensibles al feed-back enviado por el bebé, se guían por él para actuar, para cambiar de actitud o para sentirse seguros de su ejercico en la función paterna.
(6) Hay modelos de comportamiento psicomotor que se constituyen en el bebé como consecuencia de estas interacciones, y si son exitosas, son precursoras de los modelos cognitivos. Aseguran un estilo y un temperamento propios que proporcionan una parrilla que prevé las reacciones del bebé y el nivel de espera del entorno “maternante”. (Ajuriaguerra: el niño es el creador de la madre). Entonces el entorno comienza a considerarlo como poseedor de un Yo individual y le envuelve con un conjunto de reacciones adaptadas a su personalidad. Sistema de doble feed-back que engloba a la madre y al lactante.


Puntos de vista cognitivo y psicoanalítico 
Hay acuerdo entre ambas teorías en que existe en el recién nacido un pre-yo corporal dotado de un impulso integrador de los demás datos sensoriales; tendencia de ir al encuentro de los objetos; establecer relaciones; dotado de una capacidad de ajuste por la experiencia; de emitir señales intencionadas hacia el entorno; Este pre-yo corporal es el precursor del sentimiento de identidad personal  y del Yo psíquico.
No son menores las diferencias en los puntos de vista.



· El cognitivismo ve una relación simétrica entre el entono y el lactante hasta tender a crear un sistema homeostático entre ellos. Por su parte, los psicoanalistas insisten en la relación asimétrica, resaltando el “dominio” del entorno sobre el lactante.

· El psicoanálisis ve una disimetría entre lactante y entorno, entre la dependencia primaria y el desamparo original. Trabaja con las fantasías relacionadas con conflictos inconscientes y con organizaciones del espacio psíquico.

· Brazelton trabaja sobre los comportamientos de acuerdo con el esquema de estímulo – respuesta. 
Considera que los múltiples feed-back que intervienen en la relación constituyen un sistema dinámico y crean una realidad psíquica nueva de naturaleza topográfica que llama “envoltura”. Sin embargo, el bebé tiene una representación concreta de esta envoltura proporcionada por la experiencia sensorial, infiltrada de fantasías. Las fantasías cutáneas visten su Yo naciente de una figuración imaginaria pero que moviliza lo más profundo que hay en nosotros que es nuestra superficie. Sin embargo, el bebé tiene una representación concreta de esta envoltura a través de la experiencia sensorial. Son ellas las que jalonan los niveles de estructuración del Yo y las que traducen las fallas. (P. Valery: lo más profundo del hombre es la piel. Médula, cerebro, todo lo necesario para sentir, padecer, pensar… ser profundo. Por más que profundicemos somos ectodermo). El desarrollo de los demás sentidos está en relación con la piel.

· Didier Anzieu: Según los cognitivistas el sentido del tacto no se encuentra entre los primeros en desarrollarse. Las sensibilidades gustativa, -(¿el gusto no es una cualidad –el tacto- de una piel “interna”?)- olfativa, auditiva, cuya existencia está ya probada desde el nacimiento, permiten al bebé la identificación con la madre así como un esbozo de diferenciación de lo que es bueno y malo para él. 

Objeciones a esta minimización del papel de la piel: en el embrión, la sensibilidad táctil es la primera en aparecer y ahí esta la consecuencia del desarrollo del ectodermo fuente neurológica común a la piel y al cerebro. El nacimiento es una experiencia de masaje de todo el cuerpo mediante las contracciones y la expulsión. Estos contactos táctiles naturales estimulan el desencadenamiento de las funciones respiratorias y digestivas, que en caso de deficiencia son reemplazadas por contactos artificiales (sacudidas, baños, envoltorios, masajes). El desarrollo de las comunicaciones sensoriales por el oído, la vista, el olfato y el gusto resultan favorecidos cuando las personas del entorno sostienen al niño, le tranquilizan contra su cuerpo, sosteniendo su cabeza sobre su pecho. La piel posee una primacía estructural sobre los otros sentidos. Es el único que recubre todo el cuerpo. En sí misma contiene diferentes sentidos (calor, presión, dolor, contacto…) cuya proximidad física entraña la psíquica. Finalmente como señala Freud, el tacto es el único sentido externo que posee una estructura reflexiva: el niño que toca con el dedo su cuerpo experimenta las dos sensaciones complementarias de tocar y ser tocado. Según el modelo de reflexividad táctil se construyen las otras reflexividades sensoriales (escucharse, emitir sonidos, oler su propio cuerpo, mirarse) y después la reflexividad del pensamiento.


Particularidades del Yo-piel considerado como interfaz 

Concepción del Yo-piel: entorno “maternante” porque rodea al niño como una envoltura externa de mensajes que se ajusta con cierta suavidad dejando un espacio disponible a la envoltura interna, a la superficie del cuerpo del bebé, lugar e instrumento de mensajes: ser un Yo es sentir la capacidad de emitir señales que los demás reciben. 

Esta envoltura termina la individualización del bebé por el reconocimiento que le aporta la confirmación de su individualidad. Ser un Yo es sentirse único. El Yo tiene la posibilidad de no hacerse comprender, de no comunicarse. Tener un Yo es poderse replegar. Si lo externo se adhiere demasiado a la piel del niño, su Yo es ahogado, es invadido por los Yo del entorno; es una de las técnicas para volver loco al otro mostrada por Searles (L’effort pour rendre l’autre fou. Ed Gallimard)

Si la hoja externa es demasiado laxa, el Yo carece de consistencia. La hoja interna tiende a formar una envoltura lisa, continua, cerrada, mientras que la hoja externa tiene una estructura en red de malla. Una de las patologías de la envoltura consiste en una inversión de las estructuras: la hoja externa propuesta/impuesta por el entorno se hace más rígida, resistente, cerradora, (segunda piel muscular) y la hoja interna es la que se muestra agujereada, porosa (Yo-piel colador)     

El doble feed-back de Brazelton acaba por constituir una interfaz representada por una piel común a la madre y al niño, en la que la madre se encuentra en un extremo y el niño en el otro. La piel les mantiene unidos pero anuncia una separación.  La piel común asegura una comunicación sin intermediarios, una identificación adhesiva, que entra en resonancia con las sensaciones, afectos, imágenes y ritmos de los dos
La interfaz transforma el funcionamiento psíquico en un sistema cada vez más abierto, lo que encamina a madre e hijo a funcionamientos cada vez más separados. Pero la interfaz mantiene a ambos en una dependencia simbiótica mutua. El paso siguiente requiere la desaparición de la piel común y el reconocimiento de que cada uno tiene su propia piel y su propio Yo.
    

FUNCIONES DEL YO-PIEL

            Toda función psíquica se desarrolla apoyándose en una función corporal. La piel tiene una importancia capital: proporciona al aparato psíquico las representaciones constitutivas del Yo y de sus principales funciones. 
Esta constatación se inscribe en la teoría general de la evolución. La función de apego toma una importancia mayor en cuanto la infancia humana es más larga, procurando los cuidados, la atención, la compañía y sobre todo la comunicación de la madre y del grupo.
Las nueve funciones del Yo-piel

            Existe una relación entre las funciones de la piel y las funciones del Yo, así como un modo de correspondencia entre lo orgánico y lo psíquico, los tipos de angustia unidos a la patología de esta función y las representaciones del trastorno del Yo-piel.



1. La piel cumple una función de sostenimiento del esqueleto y de los músculos. El Yo-piel cumple la función de mantenimiento del psiquismo. La función biológica se cumple por lo que Winnicott llamó holding (forma en que la madre sostiene el cuerpo del bebé). La función psíquica se desarrolla por interiorización del holding materno. La capacidad del bebé para mantenerse / sostenerse psíquicamente a sí mismo condiciona el acceso a la posición de sentado, de pie, y la marcha. El apoyo externo sobre el cuerpo de la madre conduce al bebé a adquirir el apoyo interno sobre la columna vertebral. Solamente puede adosarse a este soporte si tiene zonas de contacto estrecho y estable con la piel, los músculos y las palmas de la mano de la madre y un círculo recíproco con el psiquismo de la madre.

2. A la piel, que recubre la superficie entera del cuerpo y que es donde se insertan todos los órganos de los sentidos externos, responde la función de continente del Yo-piel. Esta función se cumple principalmente por el handling materno. (forma de cuidar al niño). El Yo-piel como representación psíquica emerge de los juegos entre el cuerpo de la madre y el cuerpo del niño, así como de las respuestas de la madre a las sensaciones del bebé, respuestas tanto gestuales como vocales, porque la envoltura sonora refuerza la envoltura táctil. Kaës distingue dos aspectos de esta función. El continente, estable e inmóvil, como receptáculo pasivo, depósito de las sensaciones-imágenes-afectos, corresponde al aspecto activo, a la ensoñación materna, a la identificación proyectiva. Lo mismo que la piel envuelve todo el cuerpo, el Yo-piel pretende envolver todo el aparato psíquico. Está representado como corteza mientras el Ello pulsional figura como núcleo. El Yo-piel solo puede ser continente si tiene pulsiones que contener, que localizar en las fuentes corporales y más tarde diferenciar. La pulsión no se siente como empuje o fuerza si no encuentra límites. Dos formas de angustia dan respuesta a la carencia de esta función contenedora del Yo-piel. La angustia de una excitación difusa. La angustia de un interior que se vacía.

3. La capa superficial de la epidermis protege a la capa sensible en la que se encuentran las terminaciones nerviosas y todo el organismo contra las agresiones físicas, las radiaciones y el exceso de estímulos. El Yo-piel es una estructura virtual en el nacimiento, que se actualiza durante la relación entre el lactante y el entorno.

4. La membrana de las células orgánicas protege la individualidad de la célula distinguiendo los cuerpos extraños. La piel humana presenta diferencias individuales notables en cuanto a granulación, color, textura y olor. Permiten distinguir en los demás los objetos de apego y de amor y afirmarse a sí mismo como un individuo que tiene su propia piel. A su vez, el Yo-piel asegura una función de individuación del sí mismo que le aporta el sentimiento de ser un ser único. La angustia de la ”inquietante extrañeza” de Freud, está unida a la amenaza a la individualidad del Sí-mismo por debilitamiento del sentimiento de sus fronteras. 

5. La piel es una superficie que contiene bolsas, cavidades donde se alojan los órganos de los sentidos. El Yo-piel es una superficie psíquica que une las sensaciones de distintas naturalezas y que las destaca como figuras sobre este fondo originario que es la envoltura táctil: esta es la función de intersensorialidad del Yo-piel, que desemboca en la constitución de un sentido común cuya referencia básica se realiza siempre por medio del tacto. La angustia de fraccionamiento responde a la carencia de esa función; del funcionamiento anárquico de los órganos de los sentidos. Existe una representación imaginaria de la piel como telón de fondo sobre la cual se despliegan las interconexiones sensoriales.

6. La piel del bebé es objeto de carga libidinal de la madre. Los cuidados se acompañan de contactos piel a piel, generalmente agradables que preparan el autoerotismo y que sitúan los placeres de la piel como telón de fondo habitual de los placeres sexuales. El Yo-piel cumple una función de superficie de sostén de la excitación sexual. 

7. A la piel como superficie de estímulo permanente del tono sensomotor por las excitaciones externas, responde la función del Yo-piel de recarga libidinal del funcionamiento psíquico, de mantenimiento de la tensión energética interna. 

8. La piel, con los órganos de los sentidos que contiene, proporciona informaciones directas del exterior. El Yo-piel realiza la función de inscripción de huellas sensoriales táctiles. 

9. Todas las funciones precedentes están al servicio de la pulsión de apego y después de la pulsión libidinal. La distinción entre lo familiar y lo extraño tiene sus raíces biológicas a nivel de la célula misma. La piel como envoltura del cuerpo constituye la realidad intermediaria entre la membrana celular y la interfaz psíquica que es el sistema de percepción-conciencia del YO. La medicina psicosomática ha descubierto una inversión de las señales de seguridad y de peligro de la estructura alérgica.


Otras funciones no evocadas podrían hacerse corresponder con otras funciones del Yo.


· Función de almacenamiento (grasas) comparable a la función mnésica (memoria)

· Función de producción (pelos, uñas) comparable a la producción de los mecanismos de defensa.

· Función de emisión (sudor, feromonas) porque la proyección constituye uno de los mecanismos de defensa más arcaicos..


TRASTORNOS DE LAS DISTINCIONES SENSOMOTRICES DE BASE

Sobre la confusión respiratoria entre plenitud y vacío.
El mito de Pandora ¿no nos enseña la necesidad de algunos pacientes de retener en sus pulmones el soplo de un odio que viven como destructivo para su entorno? Este odio, apunta en su origen, a una madre deprimida y muda, con la que el niño no ha podido tener intercambio respiratorio vital, ni comunicación verbal, cuyo soporte es el aire.

El desencadenamiento del reflejo respiratorio al nacer, resulta del masaje global del cuerpo del niño por las contracciones uterinas y por el envolvimiento vaginal. 
El mantenimiento de este reflejo requiere la repetición de las estimulaciones corporales globales de la lactancia y de los cuidados. 
El intercambio respiratorio con el medio físico depende del intercambio táctil con el medio humano. Esta dependencia se transforma con el intercambio sonoro que utiliza el aire como soporte de la palabra. 
En la respiración se apoya la función de comunicación, concomitante con los principios de constitución del Yo-piel. La respiración del recién nacido es muy ligera e inestable. Esta función es estimulada por la succión y el contacto físico de la madre.
Los bebés que no maman vigorosamente no respiran profundamente, y a los que no se les toma en brazos suficientemente, especialmente si se alimentan con biberón, presentan trastornos respiratorios y gastrointestinales
El bloqueo de la respiración se relaciona con un objeto malo interiorizado (el asmático). La retención respiratoria es una necesidad de permanecer en plenitud y la angustia de vaciamiento.


Tristani propone algunas hipótesis interesantes:


· La respiración forma parte, con la nutrición, de las pulsiones de autoconservación, pulsiones del Yo en las que se apoyan las pulsiones sexuales.

· El lloriqueo es a la respiración lo que el chupeteo es a la oralidad nutritiva.

· El dilema vital “o yo o los demás” subtiende algunos trastornos respiratorios.

· Existen dos tipos de confusión entre los sistemas respiratorio y digestivo. La inspiración corresponde a la ingestión oral y la expiración a la expulsión anal. La función respiratoria es circular –la entrada y la salida se efectúa por el mismo lugar-, mientras que la función digestiva es lineal –entrada y salida por extremos opuestos-. La primera confusión es el vómito. La segunda la aerofagia.



Los fisiólogos consideran la risa, el sollozo y el vómito, como movimientos respiratorios modificados. La superación de un bloqueo respiratorio, asmático o verbal, puede acabar en risas.
(Identificación con el otro que le remite a un funcionamiento psico-fisiológico natural) 

El sollozo se relaciona con la vivencia emocional de dos afectos, de humillación y de “criminalidad”. Transgresión, una prohibición: llorar. El aire es el medio apropiado para la propagación de los deseos mortíferos.

La palabra -la comunicación verbal- constituye el equivalente simbólico del tacto, ejerciendo funciones del Yo corporal y del Yo físico que en el pasado no recibieron las estimulaciones necesarias para su desarrollo.


7 comentarios:

  1. Gracias, excelente reporte y hace comprensible el entendimiento de un libro tan fascinante como complejo. Me ayudo mucho el sombreado analizador de Joaquín Benito Vallejo . Bendiciones.

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  2. Gracias Concepción. Me alegro que te aporte algo.
    Joaquín

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  3. Efectivamente Max Malus, es ANZIEU. Gracias por la corrección.

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  4. Una vez más ¡gracias!!! Interesantísimo tema. Muy buen resumen. Sin duda eres un gran profesional.

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