La motivación para vivir nos la dan los demás.
Joaquín Benito Vallejo
La principal motivación para vivir reside en la
relación con los demás.
Son ellos los que nos enseñan a vivir y a ser.
Aprendemos a ser y a construir nuestra identidad en inter-relación.
Los demás son nuestro estímulo y nuestro modelo. Cuanto mejor sea el modelo, los modelos, mejor.
Pero también, en contra de ese modelo o buscando otros modelos más satisfactorios es como crece la identidad personal. Cada uno ha de hacerse a sí mismo, a partir de esos modelos.
Los demás
nos dan sus afectos y su cuidado, cuando al nacer somos incapaces de hacerlo.
Todo lo que hacemos es hecho para, por y con los demás.
Para obtener su afecto o su valoración, para llamar su atención, para demostrarles que estamos vivos y presentes.
Lo peor es la indiferencia.
Para obtener su afecto o su valoración, para llamar su atención, para demostrarles que estamos vivos y presentes.
Lo peor es la indiferencia.
Ser indiferente para los demás es no
existir, por ello es mejor existir valorándonos mal que no existir.
Aquellos
que se han sentido profundamente indiferentes para los demás, hacen cualquier
cosa para demostrar su presencia y su existencia, desde ser dadivosos en
extremo, resultar atosigantes o invasores, hasta cometer fechorías, trastadas,
delitos, etc.
Lo importante es ser tenido en cuenta por los demás.
Muchos niños problemáticos, lo son por esta razón y pueden llegar a ser delincuentes de mayores.
Muchos niños problemáticos, lo son por esta razón y pueden llegar a ser delincuentes de mayores.
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