sábado, 12 de abril de 2014

24 años trabajando con personas mayores....

24 años trabajando con personas mayores. 
Un promedio de 6 grupos diarios - 12 a la semana.
26 personas en cada grupo.
Total: más de 300 personas al mes.

Comencé a trabajar con las personas mayores en el año 1987 en el Centro Galileo, perteneciente a la J.M. de Chamberí. Desde entonces he trabajado además en 4 Centros del Ministerio de Asuntos Sociales: (Sagasta, Vallecas, Alonso Heredia y -sobre todo- Tetuan) transferidos después a la Comunidad de Madrid.
El afán privatizador de los servicios públicos, por parte del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, me obligaron a abandonar definitivamente estos Centros, pues si quería seguir trabajando, lo tenía que seguir haciendo con la mitad del salario cobrado hasta entonces, y ser un empleado de la empresa concesionaria.
Dicho con otras palabras, de la noche a la mañana, y después de 24 años de trabajo, yo tenía que dar la mitad de mi sueldo a una empresa, puesta ahí por la mano de los políticos, en este caso: Aguirre y Gallardón.

El libro: "Cuerpo, Mente, Comunicación" pretende exponer una síntesis del trabajo desarrollado todos estos años con las personas mayores. Esta síntesis intentará dejar claros los objetivos más esenciales de la metodología, dentro de esa múltiple visión del movimiento: física – sensorial – mental - comunicacional, así como los medios para alcanzarlos.
.....¿No es lo más básico y esencial de la educación de cada persona, el conocimiento de su propio cuerpo, su utilización correcta, el desarrollo de sus posibilidades de movimiento -que son los medios de relacionarse con el entorno-, y de sus capacidades sensoriales, cognitivas y  comunicativas?....

Esta serie de aspectos constituyen los elementos básicos para convertirse en "ser" humano. La educación actual sacrifica a los seres humanos, a cambio de convertirles en máquinas. Gestos, movimientos, pensamientos y deseos están mecanizados. En lugar de favorecer el desarrollo de sus capacidades humanas se les convierte en máquinas de producción. En lugar de posibilitarles SER, se les engaña con la falacia del “tener”. Poder tener de todo, consumirlo, devorarlo, depredar la naturaleza y la tierra, explotar y poseer a las demás personas. A cambio, sin embargo, no se tienen ni se conocen a sí mismos. A pesar de poseerlo todo, uno se encuentra profundamente insatisfecho y solo. Es precisamente esa carencia vital, esa desposesión de sí mismo, lo que origina la gula de poseer a los demás.
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