(Esto forma parte del capítulo 3 del libro" Cuerpo, mente, comunicación - Joaquín Benito Vallejo - Ed. Amaru)
EL MOVIMIENTO COMO FUENTE DE SALUD
LA CORRECTA UTILIZACIÓN DEL CUERPO Y DEL MOVIMIENTO
Objetivos Específicos
A. Disminución de la tensión general del cuerpo
B. Flexibilización de articulaciones y equilibrio muscular
C. Aumento de la movilidad general: diversificación de los movimientos
D. Posturas y movimientos correctos
E. Salud de la columna
F. Mejora del funcionamiento de los órganos
EJERCICIOS PRÁCTICOS (ejercicios 61 – 130)
. Posturas correctas
. Flexibilización de articulaciones
. Pelvis – columna
. Control postural (equilibrio estático) . Desplazamientos (equilibrio dinámico
Estos aspectos constituyen los factores fundamentales de lo que denomino: una mala utilización del cuerpo, que trae consigo diversos trastornos anatómicos y orgánicos achacados erróneamente a la vejez.
El exceso de tensión contrae los músculos y agarrota las articulaciones, produciendo a muy corto plazo, una rigidez generalizada, que se irá agravando progresivamente, provocando la pérdida de flexibilidad y aumentando la dificultad para moverse.
El conjunto del cuerpo parecerá un bloque compacto que ha perdido la facultad de utilizar aisladamente los diferentes segmentos corporales y la capacidad de realizar movimientos finos que exigen una cierta precisión y coordinación.
El cuerpo rígido supone una carga mayor, como si su peso fuera superior al real, necesitando mayor fuerza para desplazarlo, lo que conduce a sufrir mayor cansancio y fatiga.
A largo plazo producirá un desgaste generalizado y un envejecimiento prematuro.
Por un lado, tanto la estructura ósea como las articulaciones soportan una presión superior a su potencia, sufriendo por ello, desviaciones, artrosis y otras patologías.
Por otro lado, el corazón, los pulmones y los demás órganos también han de realizar un esfuerzo mayor para llevar a cabo sus funciones vitales
relacionadas con el movimiento.
¿Qué podemos hacer para regular y rebajar la tensión además de aliviar o resolver los trastornos enumerados?
En primer lugar, utilizar la concentración y la relajación propuestas en el capítulo II, con el objetivo, primero, de tomar consciencia de la acumulación de las tensiones y, segundo, para ayudar diluirlas ablandando progresivamente todo el cuerpo.
En segundo lugar, al realizar un movimiento e incluso en el mantenimiento de la postura, hemos de poner en práctica una serie de principios:
- Todo movimiento debe ser realizado con la mayor suavidad y delicadeza, empleando la menor tensión posible y esmerándose para conseguir que la tensión sea cada vez menor.
Es lo que llamamos afinar el tono.
- La tensión ha de localizarse en la zona protagonista del movimiento dejando el resto del cuerpo lo más relajado posible.
EL MOVIMIENTO COMO FUENTE DE SALUD
LA CORRECTA UTILIZACIÓN DEL CUERPO Y DEL MOVIMIENTO
Objetivos Específicos
A. Disminución de la tensión general del cuerpo
B. Flexibilización de articulaciones y equilibrio muscular
C. Aumento de la movilidad general: diversificación de los movimientos
D. Posturas y movimientos correctos
E. Salud de la columna
F. Mejora del funcionamiento de los órganos
EJERCICIOS PRÁCTICOS (ejercicios 61 – 130)
. Posturas correctas
. Flexibilización de articulaciones
. Pelvis – columna
. Control postural (equilibrio estático) . Desplazamientos (equilibrio dinámico
A.- Disminución de la tensión
Todas las personas en general, jóvenes y viejas, mantienen en su cuerpo una tensión mayor de la que se necesita para desarrollar las funciones vitales y desempeñar las actividades cotidianas.
Por otra parte, tampoco se conceden periodos de descanso proporcionales al tiempo y a la intensidad del trabajo, ni se realizan otras actividades más ociosas, -deporte, gimnasia, etc.- que ayuden a compensar el desequilibrio corporal provocado por la actividad laboral.
Por otra parte, tampoco se conceden periodos de descanso proporcionales al tiempo y a la intensidad del trabajo, ni se realizan otras actividades más ociosas, -deporte, gimnasia, etc.- que ayuden a compensar el desequilibrio corporal provocado por la actividad laboral.
Estos aspectos constituyen los factores fundamentales de lo que denomino: una mala utilización del cuerpo, que trae consigo diversos trastornos anatómicos y orgánicos achacados erróneamente a la vejez.
El exceso de tensión contrae los músculos y agarrota las articulaciones, produciendo a muy corto plazo, una rigidez generalizada, que se irá agravando progresivamente, provocando la pérdida de flexibilidad y aumentando la dificultad para moverse.
El conjunto del cuerpo parecerá un bloque compacto que ha perdido la facultad de utilizar aisladamente los diferentes segmentos corporales y la capacidad de realizar movimientos finos que exigen una cierta precisión y coordinación.
El cuerpo rígido supone una carga mayor, como si su peso fuera superior al real, necesitando mayor fuerza para desplazarlo, lo que conduce a sufrir mayor cansancio y fatiga.
A largo plazo producirá un desgaste generalizado y un envejecimiento prematuro.
Por un lado, tanto la estructura ósea como las articulaciones soportan una presión superior a su potencia, sufriendo por ello, desviaciones, artrosis y otras patologías.
Por otro lado, el corazón, los pulmones y los demás órganos también han de realizar un esfuerzo mayor para llevar a cabo sus funciones vitales
relacionadas con el movimiento.
¿Qué podemos hacer para regular y rebajar la tensión además de aliviar o resolver los trastornos enumerados?
En primer lugar, utilizar la concentración y la relajación propuestas en el capítulo II, con el objetivo, primero, de tomar consciencia de la acumulación de las tensiones y, segundo, para ayudar diluirlas ablandando progresivamente todo el cuerpo.
En segundo lugar, al realizar un movimiento e incluso en el mantenimiento de la postura, hemos de poner en práctica una serie de principios:
- Todo movimiento debe ser realizado con la mayor suavidad y delicadeza, empleando la menor tensión posible y esmerándose para conseguir que la tensión sea cada vez menor.
Es lo que llamamos afinar el tono.
- La tensión ha de localizarse en la zona protagonista del movimiento dejando el resto del cuerpo lo más relajado posible.
B.- Flexibilización de articulaciones, estiramientos y equilibrio muscular.
Aún utilizando la tensión correcta, la mayor parte de las tareas cotidianas laborales se basan en
(continuaremos exponiendo otros extractos de este capítulo)
la flexión de los músculos y el cierre de las articulaciones, por lo que, progresivamente, van quedando acortados los primeros, bloqueadas las segundas y desalineados los huesos. Con las flexiones todo el cuerpo en general tiende a encogerse y doblarse, aumentando la rigidez, perdiendo amplitud en los movimientos y autonomía personal, ya que resultará más difícil llegar a todas las partes del cuerpo y desenvolvernos en las tareas cotidianas.
Vamos pues a dedicar una atención especial a compensar estos acortamientos
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